Me gustaría empezar con esas “””bromas””” malísimas con las que suelo abrir estas entradas pero la verdad es que me cuesta trabajo siquiera idearme una con lo ajetreado que han sido estas semanas, nuevamente sigue todo en pausa aquí en la trinchera por el desmadre en la superficie y hay tanto trabajo que siempre termino con la cabeza cansada a pesar de querer seguir en lo mío. No cabe duda que la nueva era es un auténtico estrago, mucho más de lo que yo hubiera previsto.
Quisiera continuar de todo corazón con todo lo demás que tengo entre manos y la verdad es que me gusta mucho hacerlo, solo que me encuentro privado de la energía para hacer algo al respecto, no quedan más que las ganas de estar quejándose del estatus quo. Ya se la saben aquí, gente, ganas no me faltan de estar cayéndome en tangente tras tangente de quejas y quejas de más de lo mismo por enésima ocasión, pero no esta vez, eso sería demasiado fácil, y peor aún sería mucho más cansino para todos ustedes volver a pasar por todo eso de nuevo, esta vez será diferente.
Entre cada cosa que pasa mucho se me queda en la cabeza, tanto por los pendientes como por la forma en que se desenvuelven las circunstancias y como la lista ya está muy grande he tomado la postura de comenzar a pensar a los más grandes rasgos. Si me voy de punto en punto con la lista no voy a terminar y me voy a volver completamente loco.
Recientemente me quedo contemplando mucho la más profunda incertidumbre de esta actualidad. Se que ese siempre es el caso porque el futuro nunca lo sabemos, en más de una ocasión aquí mismo estuve discutiendo la desconfianza que me da esa niebla, pero esta vez siento que es diferente. Es estúpido y obvio mencionar lo incierto del futuro, más bien siento que no se están abordando las conversaciones de forma correcta.
Para resolver lo tonto y ambiguo que suena eso, con la nueva senda que he tomado en términos de los oficios creativos ha salido el desmadre controvertido de las inteligencias artificiales. Más allá de la debacle legal y política que es ese embrollo, lo que más me ha llamado la atención es la reacción de la gente: a pesar de los problemas que aun carga toda esa discusión me tiene sorprendido cuantas personas no solo celebran la introducción de esas herramientas, sino la saña y el desdén que alegremente dejan ir contra la comunidad artística.
Me desconcierta tanto el desconecte esquizofrénico que tiene la gente con respecto a la creatividad. En este caso, más de uno puede apreciar una pieza bien hecha y decir “que bien se ve, esta genial, me gustaría ver más de eso” pero esa misma gente es capaz de repudiar a un nivel personal la sola idea de darle de comer a quienes están detrás de esas piezas. Suena muy hiperbólico, típico de mi redacción, pero no lo soy esta vez, de verdad que no logro encontrarle pies y cabeza a esta disonancia porque muchos parecen tener una vendetta personal contra el oficio cuando presumen alegremente como utilizan los generadores de imágenes.
No voy a negar que hay un segmento infame en el gremio de artistas, no faltan los que se dan a conocer por ser unos auténticos pelmazos pedantes de lo más pinche insufrible donde trabajar con ellos te hace sentir como si fueras un plebeyo tratando con un patricio en las plazas de la antigua Roma, pero esos segmentos siempre han estado presentes en cualquier comunidad, sea la que sea, no es nada nuevo. Lo que me sorprende, repito, es cuanta saña interpersonal hay con este segmento del oficio, tanto que tachan a todos en el proceso.
Hay tanto más que se puede decir al respecto, pero me quedo con este punto nada más porque me hace volver de nuevo al rollo del coliseo interpersonal que había comentado en otra ocasión, solo que esta vez parece que subestime la escala del coliseo, parece estar presente no nada más en el rollo político, lo están elevando a todo debate, a toda conversación y nuevamente se dan a conocer todos no por buscar una solución o por lo menos darle estructura a la discusión, todo sigue siendo tribalismos que no llevan a nada, no ayudan a nadie y solo buscan puntitos de internet que no puedes canjear por nada en ningún lado.
Mucha gente acusa de “luditas” al gremio artístico que pretende cometer el atroz crimen, la vil infamia y el garrafal error de proteger sus derechos intelectuales porque se les hace bien fácil creer que algo así no les va a pasar, otra vez tachando de inútil, diminuto o irrelevante al entretenimiento que tanto sorben cual consoomer soyboy a lo rata en la caja de skinner, pero a quien pare su vista en esta entrada les digo que es solo cuestión de tiempo.
He aludido a mi profesión original, tal vez lo haya mencionado directamente pero como no lo recuerdo aquí lo digo: mi entrenamiento académico es de contador. Mucha gente desconoce el tema y con justa razón, la verdad es una jerga técnica complicada (a conveniencia del gobierno para que te espanten más feo y te tengan agarrado de ya saben dónde) y pareciera que mi trabajo ahora es mucho más necesario que nunca. Bueno, lo es, no tanto porque yo sea muy importante, sino por esta maldita reforma de mierda que odio con todas mis ganas que echó todo a perder pero eso es harina de otro costal.
Esto daría la impresión de que soy difícilmente remplazable, si soy más importante ahora que nunca realmente no debería yo preocuparme de algo como lo que está pasando con las inteligencias artificiales. Excepto que no es el caso, en el mundo desarrollado están creando herramientas de gestión empresarial que pretenden acabar con mucho del micromanejo que ocurre de fondo en una oficina, la clase de micromanejo por el que mi trabajo es tan conocido e infame en igual medida.
Allá están tomando presencia porque pues, es el mundo desarrollado, no esperaba menos, pero en cuanto tome raíz aquí es mi pinche final y ni para donde hacerme. En la casa de locos solían decirme seguido que si me predispongo o que si es muy en el futuro o que si no ha pasado pero esas son formas muy estúpidas de abordar una situación, delegarlo para el futuro yo no hace una chingada y no pone nada sobre la mesa, así que no tengo más que estar pensando respecto a lo que sigue después cuando eso llegue aquí.
Lo que es más, estoy seguro que lo mismo dirán de mi ramo, que solo seré un ludita mas, que solo me opongo al progreso, que debia preverlo, que se yo, el montón de copium a expensas mías de lo obviamente obsoleto que soy y bla bla bla. No tengo ninguna esperanza de que sea diferente al embrollo en el que está el gremio de artistas ahora.
Así parece que será con cada dominó y lo peor es que seguimos sin encontrar una solución a este problema, colectivamente seguimos en el coliseo interpersonal sin encontrarle una pizca de sentido y entregados al pleito interminable porque la id es muy fuerte y se satisface muy fácil. Muchos prefieren esperar a que algo caiga del cielo o que los cerebritos tras bambalinas o los poderes más allá de nuestro alcance le pongan fin al asunto pero eso es solo la flojera intelectual de seguir la ley del menor esfuerzo. Nadie quiere reconocer que los problemas difíciles tienen soluciones difíciles y que eso solo deriva de tener conversaciones difíciles.
Personalmente lo que me desconcierta y mistifica en igual medida es que muchos de los problemas parecen derivar de haber olvidado algo importante como especie, olvidado a tal punto que ni puedo empezar a imaginar que fue, pero eso ya es esoterismo mamerto mío de mis ponderaciones en el más amplio espectro.
Esas son las observaciones de uno solo de los puntos de esa lista larga que mencione cerca del inicio, pero como ven prefiero comenzar a abordarlo desde los grandes rasgos, siento que puedo meditarlo con un poco más de claridad si lo hago así y lo más importante es que me deja contemplarlo con la intención de encontrar una senda, a lo mejor no la solución definitiva, pero por lo menos una dirección, ya sería demasiado fácil observar todo esto y caerme a ese nihilismo tan detestable de darse por vencido porque al cabo nada importa. Y para quienes lo crean así porque se la pasan citando a Nietzsche creyéndose los intelectualoides de turno, sepan bien que él también criticaba fuertemente esa postura y si supiera que lo tienen de una suerte de héroe filosófico él mismo les estaría partiendo la cara a golpes.
Por fortuna y a pesar de todo el desmadre reciente, cosas de lo más inmediato fueron resueltas exitosamente y lo que es mejor para mi orgullo fue que salió de los callos en mis manos y no por andar de pinche atenido o permitir que alguien me quiera embaucar con ello. No que desdeñe ayuda cuando me es ofrecida pero cuando uno crece en una casa de locos todos convenencieros de lo más encajoso pues difícilmente uno se quita la impresión.
No que sea la moral baja como en las últimas entradas y definitivamente las cosas podrían estar mejor, pero sigo y seguiré insistiendo en que eso no importa. La nueva era sigue siendo mi propia senda, llegue a donde llegue y tener esta autonomía en esta vida adulta siempre sera lo mejor que me haya pasado y seguiré diciendo que van a tener que meterme seis pies bajo tierra antes de soltarla e incluso así no creo que lo haría.
Les dejo esto por lo pronto, es lo más que pude ordenar en toda la marejada de cosas que tengo en la cabeza, espero sirva de desahogo y que esta reforma de mierda me dé un respiro en lo que le sigo haciendo el sigma grindset a todo lo que tengo pendiente. Diría en plan de queja que si se cansa uno pero a la vez es señal de que no soy un pinche zángano arrimado, por lo menos es cansarme de jalar mi propio peso y de un modo u otro eso me trae cierta satisfacción.
Mientras tanto les deseo que a ustedes les haya ido mejor y mucha fuerza si no es el caso, nos vemos a la próxima mis dos lectores y medio.
Larga
vida a la nueva era.