Lema del luchador.

"Lucha, reta y álzate para luchar otra vez."

miércoles, 27 de julio de 2022

Meditaciones desde el coliseo interpersonal.

 

Hora de mis opONIONS

Hola de nuevo, el cráneo metálico parlante con el cuerpo aun en el taller aquí presente para tenerlos al pendiente, como obviamente es el caso ya que todo mundo siempre se desvive por leer lo que tengo que decir, de mis desventuras intelectuales en el bote de remos que es esta vida mía de mi de mi propiedad mía que es mía y no presto.

Más allá de mis pésimas “bromas” a las que los tengo tan malacostumbrados y pasando a la seriedad de una vez, no me cabe ninguna duda que esta será la entrada más controvertida hasta el momento. No porque no haya dicho ya cosas “fuera de lugar” (que honestamente aunque puedo ser muy hiperbólico no me parece haber salido de orbita alguna) sino porque ya me toca cumplir con una promesa que he roto ya varias veces, una que he dejado en la negligencia por tanto tiempo que a estas alturas realmente no debería tener relevancia, una que por desgracia aún tiene no porque realmente lo sea sino porque son tiempos muy turbulentos para este tipo de charlas.

Hace años por ahí que había comentado de forma muy tangente que tenía interés en cubrir nada más y nada menos que la presencia de un individuo en la dichosa Casa Blanca de los USA de américa: Donaldo “Muralla” Trompo. Si leer ese nombre te sacó de alguna casilla a tiempo ya de que haya dejado la oficina oval, por favor ya salte de una vez de esta página porque no voy a decir nada con lo que estés particularmente de acuerdo, pero más allá de eso, ya no estamos en la de tener reacciones ante la mención de ese señor y aun tenerlas solo es parte de un problema mucho más grande, pero no quiero ni voy a entretener la mentalidad de gente que se zanja en emociones a la mínima señal de un tema “difícil”, así que hago énfasis en que si ese es el caso contigo, ya salte de una vez.

Si por el contrario no te pones “literally shaking rn” a la mención del poderosísimo hombre cheeto, espero por lo menos no aburrirte con lo que tenga que decir en esta entrada, aunque claro como no sé qué tan bueno soy realmente con las palabras, siempre pueden disidir en mis cajitas de comentarios, yo nunca le hago el feo al banterino de internet.

Ya entrando en materia, soy una persona que ha mostrado férrea resistencia a ciertas tendencias ideológicas en línea que desgraciadamente solo se han fortalecido (no en número, pero si en intensidad) desde aquella presidencia que recién terminó en 2020 pero nunca realmente he expuesto de forma explícita cual es mi postura política. Por las cosas que he dicho a lo largo de los años en este blog algunos podrían hacer suposiciones, yo por mi parte puedo hacer algunas afirmaciones respecto a mi postura también, pero si tengo que ser realmente honesto debo decir que soy una persona centrista. No estrictamente, tengo ciertas inclinaciones dependiendo del tema, pero definitivamente mi promedio es el de una persona que se sentaría en el área central de la sala política.

En ese sentido no soy alguien particularmente entretenido, de hecho ser moderado usualmente es visto en línea de dos formas: aburrido/genérico o profundamente antipático (y si también te da cierta reacción que me declare centrista, también te puedes largar, si, hablo de ustedes en los extremos, en ambos). Aunque no soy alguien que se preste a hablar de esos temas a la menor provocación, le agarro cierto agrado a tener una conversación de corte político, siento informa de una manera general las cosas que valora alguien y el modo en que aborda problemas. Claro, esto siempre que el tema se llevara a cabo de manera moderada, civil e impersonal.

Originalmente tenía varias cosas que decir con respecto al hombre cheeto malvado que todos detestan, pero a lo largo de toda su presidencia vi como los extremos en el espectro político convirtieron ese tipo de conversaciones primero en un alarde proselitista y luego en este campo de batalla en una guerra sucia interminable entre ambos bandos peleándose por la aprobación de los intermedios valiéndose de toda falacia lógica posible, por no decir vil propaganda, para reclutar a quienes lograran convencer.

Eventualmente opté por no tocar el tema directamente en favor de simplemente ver como las cosas se desenvolvían sobre la marcha, preferí ser testigo de esos cuatro años de presidencia si tan siquiera para ver cómo serían las cosas ante “tremendo peligro” como tanta gente decía en todas partes, todo el día, todos los días. En ese lapso de tiempo también di con un video que después me llevó a un librito muy bueno, El Manual del Dictador (The Dictator’s Handbook) y revisité los eventos del hombre cheeto malvado desde esa perspectiva que para ser sincero me fue un parte aguas.

 

Otro en inglés, pero este tiene subtitulos al español.


Todo eso me hizo reconfigurar mi opinión con respecto a dae le drumpf y su presidencia, así que para no ir de punto en punto porque eso saldría sobrando y seria completamente innecesario, prefiero abrir eso con la siguiente pregunta: ¿Qué cosas cambiaron realmente?

No, no quiero que me vengan con artículos estúpidos llenos de amarillismo sensacionalista, alarmismo sectario y demás tácticas tribalistas contemporáneas, alejen su mente de todas esas tonterías que abundan en la discusión y respondan la pregunta con la más templada pero sincera honestidad posible. Comparen esa consideración con todos esos apartados que acabo de describir y van a notar lo siguiente: no pasó nada. Nada fue fundamentalmente diferente, no hubo gran cambio ni se agitó el status quo. Vino y se fue, como muchas de las presidencias americanas contemporáneas.

Lo obvio seria responder con lo de las controversias, pero antes de que me vengan con el hombre manos diminutas les recuerdo que eso tampoco es nada nuevo. Ya todos sabemos que Bush fue un vil vaquero con su política exterior y también sabemos que del “buen” Obama bastan y sobran los cuentos de sus ataques con drones y sus prácticas migratorias. Todos tienen las manos metidas en algo, Trompo no es el único ni por asomo y me es muy extraño que muchos actuaran como si ese fuera el caso.

Por eso hago ese cuestionamiento desde los grandes rasgos, porque en términos prácticos no fue una presidencia diferente de las anteriores. Aunque hubo ciertos eventos dignos de consideración (no conozco presidente previo con el afán de abrir un canal oficial con norcorea, por ejemplo), mucho realmente se mantuvo en las mismas líneas con lo realmente significativo ocurriendo solamente en las sombras de esas altas esferas, muy lejos de la opinión y la vista del público como casi siempre suele ser la rutina. Pero eso enteramente en los términos prácticos.

En términos más abstractos y públicos, Donaldo Jota Drumpfino fue un auténtico antes y después en la era del internet. Su presencia y su conducta cambiaron para siempre el modo en que se llevan a cabo las discusiones primero en línea y después fuera de ella también. Cambiaron para siempre el modus operandi primero de los debates en línea y después de cualquier discusión tanto abierta como privada, hasta en las personales comenzaron a causar problemas. Para la desgracia de todos, este daño parece irreversible y aún más trágico es que no tenemos ni la más remota idea de cómo detener la inercia que esto ha causado.

Hace tiempo EmpLemon hizo un video detallando una teoría respecto a la victoria presidencial de una elección que, en términos tradicionales, no debió concluir ni por aproximación del modo en que ocurrió. Les recomiendo mucho ese videíto, pero en el resumen más inmediato: Orang Man se valió de medios emergentes para consolidar su postura como nominado republicano no nada más en la institución política del partido, sino también en las mentes de las personas mediante el poder de la magia meme.

 

Asi es, sigo shilleando este canal.

 

Obviamente no voy a decir que la literal magia meme del culto de kek y sus números mágicos influyeron la composición de la realidad para torcer la historia a la voluntad de unos mamertos en el foro que todos detestan (ese ya es harina de otro costal), me refiero a que usar frases cortas, comunicaciones brutalmente directas y declaraciones fáciles de asimilar en la consciencia publica ayudaron a difundir su campaña, combinándolo todo con el frenético vaivén de una discusión de foro de internet para convertirse en toda una sensación social por todas las razones correctas y equivocadas por igual.

En parte era obvio que esto iba a ocurrir, Don “préstamo pequeño de un millón de dólares” no solo es un hombre de negocios sino también una personalidad mediática, tiene presencia y carisma, sabe comandar una situación y su personalidad fuerte, directa y ruda sabe hacerse notar de inmediato, lógicamente hacer memes era algo casi predilecto en su forma de abordar una situación, especialmente algo tan público como una campaña presidencial.

A la vez es fácil ver por qué le resultaría obvio a sus contemporáneos y colegas de profesión completamente absurda la posibilidad de que él ganara siquiera la nominación a la candidatura: alguien así de estrafalario y fuera de lugar es demasiado excéntrico en un ambiente así como para asegurar una postura de tan demandante talla social y profesional, salirse tanto de lo convencional obviamente sería contraproducente, subestimarlo fue otra reacción obvia. Un extraño coctel de factores que en realidad daba un 50-50 a las posibilidades de su presidencia.

Es más fácil notar la reacción al analizar el antes y el después mediante los debates previos a la elección. Hay esos debates previos más convencionales, propios e incluso ya tomados por anticuados si no es que ensayados, pero completamente esperados debido a la naturaleza tan estéril y el teatro profesional de la política pública antes del 2016, pero entra en escena este señor que no hizo otra cosa más que romper barreras: donde todos veían trabajo, rutina y convencionalismos, DJT vio espectáculos, teatros y coliseos.

No había barrera que el señor no se dignara tumbar, convirtió las conversaciones en auténticos despliegues de chismorreos, alardes y ataques al personaje dignos de una trifulca de recreo en la secundaria, no había sesiones de preguntas y respuestas sino un mar de dimes y diretes al puro estilo de una presentación de la WWE. En 2016 no hubo debates, hubo arenas de combate y este señor exprimió ese potencial hasta la última gota y claro, la gente estaba encantada y desconcertada en igual medida.

Es más acertado decir que no hubo tanto una campaña política sino todo un espectáculo mediático y sus detractores no hicieron más que servir el propósito de su treta: toda la gente que no podía verlo ni pintado no hacía más que plasmarlo y convertirlo en el centro de sus conversaciones por todas partes. Los buitruchos de Marketing Gang matarían por tener el poder de introducirse así en la mente de las personas: imagina la facultad de convertir a tus detractores en empleados gratuitos de tu propia propaganda que hacen el favor de esparcir tan enérgica y públicamente, ya no haces tanto el trabajo, el resto prácticamente se sostiene solo.

La institución electoral quiso acabar la predominancia exuberante de una campaña tan fuera de lo ortodoxo con sus métodos tan propios, tradicionales y convencionales, pero el señor estaba tan fuera de sus reglas y sus normas que no pudieron hacer absolutamente nada contra tal vorágine social, no esperaban una disrupción de semejante magnitud, no cuando estaban tan confiados y atrincherados en sus métodos.

Ahora, para los efectos de una campaña política, esto es un éxito rotundo en absolutamente todos los sentidos, no hay casilla que no puedas marcar con una palomita verde, un incendio mediático de talla nacional jalando gente al por mayor es exactamente lo que el político contemporáneo quiere y necesita para elevar su campaña y Orang Man prácticamente logró eso con una maestría magistral. Sin embargo, la jugada fue aprendida y asimilada por sus contemporáneos y, por muy bueno en el sentido más pragmático del ramo político, se ha convertido en un lastre social interminable que se está saliendo de control.

Donaldo convirtió las conversaciones sociopolíticas en alardes de insultos, cosa que ha alimentado la división sociopolítica contemporánea y ha convertido de las discusiones en actos proselitistas individuales donde no hay una búsqueda intelectual de soluciones difíciles a problemas mucho más complicados, sino en coliseos interpersonales donde hay que ganar y quien gana es quien más humille y desprestigie al otro. Ya no hay conversaciones con temas centrales, incluso si es para mentir en ese aire político del “doble discurso”, solo hay “DESTRUYENDO A [oponente] CON HECHOS Y LOGICA!!!!”, “[oponente] BTFO!!!”, “COMPILACION DE HUMILLACIONES A [oponente]”. Desgraciadamente, esta es solo la superficie del problema, porque ha evolucionado a algo mucho peor y muchísimo más difícil de manejar.

Los despliegues mediáticos que hicieron de los debates un auténtico coliseo escandaloso de insultos y tu quoque no solo volvieron adictiva la actividad de ver quien insulta mejor al otro, sino que la misma audiencia comenzó a llevar ese espectáculo a sus propias casas. Los foros en internet se convirtieron en una extensión de ese show mediático, solo que completamente robado del carisma televisivo que de menos hacía de ellos algo marginalmente entretenido (y no por decir que fuera bueno ni mucho menos) y en su lugar solo hay mareas y mareas de insultos: cucks, soyboys y commies de un lado contra chuds, bigots y racistas del otro.

Cierto, caerse a debates estúpidos llenos de shitposts no es nada nuevo en la red, pero esta vez es diferente, la magnitud en la importancia de estas guerritas de foro se volvió fundamental a los ojos de ciertos segmentos y no es nada más que llenes un post con memes, insultos y macros de imágenes ridiculizando a tus enemigos, ahora tiene la función de declarar una lealtad, de establecer tu afiliación, ya no es nada más “trolololol”, esta trifulca ahora define de qué lado estás y por supuesto que la gente en los extremos va a demandarte que te suscribas a un lado o al otro, de lo contrario estas en su contra.

Si bien el manos diminutas puede decir que logró meterse en la cabeza de todos, el efecto retroactivo que tuvo en la opinión pública fue de convertirlo en enemigo público número uno y con su metodología se estableció el paradigma de estar ridiculizando y denunciándolo primero a él y luego a todos sus simpatizantes al grado de convertirlo también en un espectáculo mediático. Se volvió no solo popular sino un deber civil y moral el demostrar cuanto odio y repudio se podía mostrar al Orang Man, llegó al grado de banear todas sus cuentas como un acto de protesta civil en pos de oponerse a la gran tiranía del Siglo XXI.

Vestidos con esa brújula moral fue que la moderación de redes sociales, alentado también por la nueva turba incendiaria, se convirtieron en los nuevos comisarios y guardias que llevaban a cabo las nuevas Sesiones de Lucha. Para los que no lo saben, en la China de Mao era común subyugar a enemigos políticos mediante una humillación pública a gran escala donde se les sometía a continuos insultos y agresiones por parte del pueblo como reproche a sus “crímenes”, actos que soportaban solo porque la alternativa era la ejecución. Estas humillaciones públicas eran las Sesiones de Lucha.

Ya sé que es otra de mis hiperbólicas comparaciones porque obviamente ser baneado de una red social no es lo mismo que tener al comisario Grigori esperando afuera de tu casa con una PPsh-41 pidiéndote que por favor voltees a ver la pared, pero se trata del recrudecimiento sociopolítico a causa de la doctrina publica del Trompo, porque mientras no está la gente a riesgo de muerte, la idea de la Sesión de Lucha sigue latente, cosa que de forma contemporánea llaman funar.

Ojala el objetivo solamente fuese la denuncia abierta y publica de legítimos entes peligrosos y deleznables, pero no es nada mas eso, las cosas han caído al punto que simplemente declarar mesura o evitar suscribirse a cualquier extremo es suficiente para que te denuncien como culpable de crimental miembro de los escuadrones de la muerte que merece ser rechazado de toda comunidad social. En la hipérbole moderna del primermundismo cerebroliso descerebrado retrograda terminalmente en línea tan común en ambos extremos no es raro pensar que la ejecución sumaria es una legitima solución al grande, enorme, catastrófico y traumático problema de ”persona no está de acuerdo conmigo”.

Durante la presidencia de hombre cheeto fue imposible evitar ver ese frenesí social ocurrir a lo largo de todas las redes y no me cabe duda que en la vida privada de muchas personas también fue motivo de mucha fricción si no es que de la ruptura de amistades y demás relaciones personales ¿y todo esto para qué? ¿Que ganó la gente de esta supuesta revuelta social además de convertir el internet en un mierdero distopico donde no se puede tener una discusión sin caerse a proselitismos baratos sectarios y tribalistas donde cualquier desviación del discurso “correcto” te gana una sesión de lucha contemporánea?

Es increíble ver como el pueblo del supuesto mundo desarrollado se permitió caer a tan simplista e instintivo despliegue del comportamiento animal y al masaje cerebral con tal de permanecer suscritos a la supuesta lucha social al grado de salirme con que la protesta del capitolio al inicio del año fue un “golpe de estado” y un “acto terrorista” que “puso en riesgo la democracia y la libertad de los USAs de américa”. No lo tomen nada mas de mí, los países víctimas de la operación Cóndor y el resto de Latinoamérica seguro no se aguantan las ñañaras de semejante declaración, pero claro, que van a saber las víctimas de Los Problemas, de Pinochet, del chavismo y la multitud de pueblos de este lado del rio Bravo de legítimos problemas sociales, dictaduras y golpes de estado, estoy seguro que gringo blanquito en la tierra de la buena infraestructura y el poder adquisitivo sabe mucho mas de sufrimiento que los países del tercer mundo (para mejor efecto, coméntenle a la gente en los Balcanes acerca de ese incidente, sus reacciones son aún más entretenidas).

Lo peor de todo es que ni siquiera termina ahí, la degradación de las causas sigue al punto de convertirse en mero propagandismo barato que hace mucho más daño de lo que realmente creen que ayuda. Estas funas contemporáneas y este jaleo continuo de extremos peleando en un mar de insultos y guerra sucia ni siquiera se llevan a cabo por las razones que explícitamente expresan, de ahí que tanto se acuse de “virtue signal”, de simplemente señalar virtudes mediante activismo de sillón y más nada. ¿De verdad esa gente cree con vehemencia lo que pregona? ¿O acaso creen porque es un boleto fácil a puntitos de internet? ¿Cuánto de esa gente sigue el ritmo del tambor por genuina intención y cuantos más por la conveniencia de un seguimiento inmediato o la intimidación de no decir lo “incorrecto”?

Cuando todos pelean por algo como la escena homosexual en Lightyear, ¿piensan que Disney legítimamente cree y pregona esos valores? No me decidí arrimar a esa discusión precisamente porque ese no es el caso, tan no es el caso que todos aplauden como focas y desdeñan cual villano del socialismo de champaña a la megacorporación multimillonaria que mete esas escenas tan cortas que fácilmente pueden editar para después quitarlas cuando tienen que venderlas en mercados más cuestionables. No me digan que de verdad creen que los medios contemporáneos se suman a este vaivén de insultos y proselitismos públicos porque de verdad se suscriben a esas ideas, ni siquiera tienen valores más allá de aquel que salta en la NYSE o en el NASDAQ asi que no puedo esperar mucha compostura moral legitima de una empresa que le agradece a países que practican legitima limpieza étnica.

Como pueden ver, el recrudecimiento ha caído de forma tan recursiva a un punto tan bajo que es imposible saber con certeza quien siquiera pelea por lo correcto y quien se suma nada más para entrar al coliseo de los hits de dopamina o a las tretas de intimidación, son turbas que pierden por completo cualquier sentido con tal de permanecer en el instintivo y animal pie de lucha, buscando y viendo enemigos por todas partes por ningún motivo más que el de seguir alimentando rabias para desahogos personales y más nada, al punto de legítimamente afectar a aquellos que realmente tienen en qué creer y por qué luchar, ya sea afectando la percepción de sus ideas o diluyendo las causas en coliseos intelectuales.

Así me puedo continuar por mucho más, pero creo que ya hice más que suficiente por demostrar el punto, hemos caído en la insensatez sociopolítica por seguir peleando en un coliseo interpersonal de vil desquite superficial y más nada, todo porque el hombre cheeto del muro malvado hizo capital político con sus chismorreos públicos. Esto no se trata ni siquiera ya de qué postura tiene cada quien, es ahora el cáncer intelectual que no nos permite siquiera comunicar las ideas sin tener que estar pisando un campo minado, no hay discusiones, solo mas debates eternos y constantes al mero estilo del 2016. Tal y como el aparente vidente voz-de-profeta Kojima nos advirtió con tanta vehemencia desde el año 2001.

 

Ok, si no quieren ver los demas, de menos VEAN este, por lo que mas quieran este SI que se los recomiendo, tambien tiene subtitulos.

 

Bueno, ya dejé todo eso dicho, ahora la pregunta prevalece: ¿Qué sigue ahora? ¿Qué puede hacerse? Como bien mencioné, no es fácil y eso es un enorme eufemismo, pero no por ello quiere decir que estamos completamente sin alternativas. Hace mucho tiempo, cuando todavía tenía un interés marginal en pinche League of CCP, yo solía seguir el contenido de Skyshock y en aquel tiempo él también tenía un blog, uno muchísimo más entretenido que el mío pero que desgraciadamente tuvo que cerrar, en el cual subió una entrada dejándonos ver un poco más hacia el interior de su persona.

Básicamente, Skyshock agitó el avispero de sus disidentes de forma deliberada con el fin de establecer una moraleja: sean rudos. Tener la piel gruesa no solo es útil, es necesario para poder conducirse en esta vida sin tener que caerse cada vez que la disidencia aparece para querer echarnos a perder el día, pero no es nada más “bravuconear cuando te bravuconeen”, hay que ejercer mucha mesura y sentido común para saber con quién trazar la línea en la arena y con quien pasar de largo y seguir adelante con lo tuyo.

Este mar interminable de funas y tontería y media no han hecho más que adelgazarle tanto la piel a la gente que no se puede tener siquiera el más mínimo desacuerdo por el detalle más diminuto sin que intenten insinuar que eres una especie de enemigo público o que cometes crimental o que tienes no sé qué tantos problemas en la cabeza y vivir así no hace más que atrofiar la capacidad interpersonal de resolver los problemas. ¿No suena más sensato tener mesura personal y saber elegir las batallas en lugar de caerse a berrinches a la más insulsa provocación?

Lo más importante de tener la piel gruesa es practicar el sentido común y fortalecer la brújula moral, un ejercicio que pende enteramente de la responsabilidad individual y no de una masa amorfa de gente que grita y se enardece contra la otra masa amorfa de gente que grita y se enardece. No hay un método universal porque eso depende de cada uno de nosotros y eso solo responde a una parte del problema, pero es un punto de partida y debe tomarse en cuenta.

Aunque la solución es distante, por lo menos ya se ven algunos efectos. Mientras escribía esta entrada me topé con un video respecto a una revolución social moderna, el movimiento anti-smartphone, que sostiene la idea de soltar el teléfono para dejar de estar terminalmente en línea con doomerismo mamerto que no resuelve nada y turbas intelectualoides que hacen mucho más daño que beneficio y continuar con la vida de cada quien, reintegrar sus energías y enfocarse en lo que importa.

 

Haganse un favor y sumense a estas ideas.


También me alegra ver que el efecto ya se está llevando a discusión pública en los mismos foros que ahorita son más coliseos que cualquier otra cosa, pero de menos existe una disidencia cada vez más grande a este extremismo absurdo tribalista y sectario que no ha aportado nada de nada y nos retrasa en lugar de avanzar. Aún queda un tramo muy largo y los problemas son mucho más complejos, pero ver progreso siempre es indicio de estar en buen camino.

Como ven, no fue nada más pensar en los aspectos a grandes rasgos o siquiera comentar que cosas dijo Orang Man ni puntualizar a detalle sus métodos, es más una cuestión de los problemas de comunicación interpersonal contemporáneos que nos han traído un mar de paranoia y tensión innecesaria cuando se supone que vivimos en la era de la información, el punto donde la infraestructura debería facilitarnos la cooperación en lugar de aislarnos. Todas estas son cosas que ya quedaron mucho más allá de la afiliación de cada quien, espero más gente se dé cuenta de eso y por lo menos este texto dé algo más taimado pero genuino en qué pensar.

Sin más ni más los dejo por ahora porque este tema ya está extendido pero ya ven cómo es esto, no por nada he conocido gente que dice que se puede quedar hablando de estos temas por horas y horas, son mucho más que lo que abarca la superficie, espero no haberlos aburrido y como siempre les agradezco el tiempo que me den. Ya sé que dije que habría algo sobre CHADen CHAD pero quise limpiar este pendiente que tenía atorado por años en mi cabeza, al menos no fue otra entrada más de mamertismo y autocompasión huehuehue.

Cuídense mucho, nos estaremos viendo en la siguiente mis dos lectores y medio!

Larga vida a la nueva era.

viernes, 15 de julio de 2022

Aleacion de quejanio.

 

Mobile Thinking
Thinker Gundam

Sin más ni más, tengo que confesar algo, algo que a lo mejor va a sonar completamente incomprensible por no decir desastroso, incluso catastrófico. A veces me equivoco. Lo sé, parece hasta lovecraftiano, incluso alguien tan capaz, habilidoso, vidente pero sobre todo humilde y aterrizado como yo puede cometer errores y lapsos de juicio, pero de igual modo se que admitirlo es el primer paso para enmendar las cosas y por lo menos espero que esto les sirva de inspiración, esta bien equivocarse y no hay nada de malo en contemplar nuestra falibilidad.

Ya en serio, hay algo que he comentado en algunos círculos y algo que quiero poner en práctica pero nunca realmente puedo hacerlo, tanto por vicios propios como por causas fortuitas: quiero mitigar mi actitud quejumbrosa. Para los que me conocen bien, ese comentario sí que les debió parecer absolutamente incomprensible.

Desde hace algunos años he querido atacar, aunque sea un poco ese aspecto de mi persona, uno que ha permeado la totalidad de mi conducta y mi obra a través de los años, quienes sabían de este lugar antes del gran cambio saben que la inmensa mayoría de las veces, por no decir el 99% del texto, estaba (y sigue estando) lleno de un mar de quejas constantes. En aquellos lejanos días de la vieja era, eran quejas constantes primero de mis vaivenes y luego de cosas mas fundamentales, y en estos días de la nueva era seguimos en otra marea de quejas, si no de mas vaivenes, muy definitivamente de la repugnante, vil y deleznable primer era (MUERTE ETERNA A LA PRIMER ERA CHINGADO).

Como bien pueden apreciar, he hecho un pésimo trabajo queriendo llevar a cabo la propuesta. En cualquier otro día habría pensado “pues que mas da, otra raya mas al tigre” pero esta vez quise hacerlo diferente, quise reflexionarlo con mas detenimiento. No me parece muy sensato tener la idea y simplemente dejarla morir en negligencia, tal vez sin la chispa lo habría hecho de esa manera, pero ahora en la nueva era quiero ser un poco mas concreto con estas cosas, por lo menos dilucidar una explicación detrás de algunos de estos vicios marginalmente dañinos.

Durante los años de la vieja era una persona me dijo en una ocasión “es que si tienes razón de sentirte mal” y seguramente ese fue el caso, pero muy en lo profundo (y en lo inconsciente) algo hizo “click” y simplemente asumí que las quejas son simplemente la manifestación de cosas que no tuve manera de expresar, molestias que no pude airar de manera adecuada, de palabras que no podía poner en otro lado por nunca tener con quien comentarlos, se volvió una faceta de mi persona con la cual desahogar la presión en mi cabeza, total si a la gente le sonaban como quejas, era simplemente un modo para mi de externar malestares no por conseguir lastima o comprensión de otros, sino por mi propio bien, por mi propio alivio.

Ahí se quedó eso, en el subconsciente, y desde ahí estuve llevando a cabo la interminable cruzada de quejas y quejas de absolutamente todo lo que me rodeaba. Si bien es cierto que tuve mis motivos y mis razones para sentirme mal en cuanto a lo mas fundamental, no cabe duda que esto se expandió como plaga hasta para lo mas pequeño y mundano de la vida diaria. Sobraban las entradas hablando hasta de lo más minúsculo que ocurría en mi día a día universitario (o las “justas”/”temporadas” como las llamaba), todo ello con aires de denuncia y recriminación, nada alejado de la vibra “todo está mal en este mundo” o el doomerismo contemporáneo que los zoomers tanto discuten.

Claro, aun se puede justificar en parte diciendo que se trataba de un joven adulto recién dejando atrás la adolescencia aun llena de esa frustración infantil, ignorante y desinformada, pero progresivamente las quejas aumentaban en lugar de disminuir. Incluso con el incremento paulatino de mis facultades expresivas nunca he podido dejar de quejarme realmente, sigo encontrando razones para estar denunciando lo que está mal a mi alrededor. Podría justificarme diciendo que al menos no soy como esos mamertos babosos terminalmente en línea que no hacen mas que leer encabezados y llorar de forma interminable hasta por [evento social contemporáneo para minar puntitos sociales] pero esa es una forma muy convenenciera y cobarde de abordar un problema.

Quiero abordar un par de malentendidos que pueden surgir de lo que estoy diciendo: no estoy queriendo decir que quejarse esté mal en si mismo, ni mucho menos sugerir que todo en esta vida tiene que ser visto con el enfermizo optimismo feliz de pura buena vibra “dae le solo piensa positivo xdddddd” toda estúpida que no resuelve nada de nada, por supuesto que vociferar los problemas está en nuestro derecho y debe hacerse para llevar a cabo una conversación que verse alrededor de las soluciones, eso no se hace besando culo optimista y lamiendo huevos de pensamiento positivo como pendejo.

(En cuanto a mis críticos que seguramente piensan que estoy teniendo una epifanía, no se preocupen, de la plaga, de sus bastardos, de sus costumbres, de sus cuotas pendejas, de su mentalidad de colmena mamerta simplista y aborregada SIEMPRE DE LOS SIEMPRES me voy a estar quejando y cagando encima, de eso no se me preocupen ni tantito. Muerte eterna a la primer era btw, ya tomate tus medicinas btw, EL ZOMBIE me sigue regalando renta btw.)

A lo mejor ya vieron donde está el problema conmigo. Mientras he hecho mucho por quejarme, he mostrando completa negligencia respecto a tener una conversación productiva al respecto y ciertamente hay que admitir que así como hay un derecho fundamental a la libre expresión respecto a quejarse, de absolutamente nada sirve si no cumplimos con la responsabilidad de por lo menos intentar hacer de ello algo productivo. No me refiero a entregarnos tontamente al idealismo de encontrar la solución ahí donde estamos, pero simplemente sentar las bases de una conversación con legitimo interés constructivo ya hace toda la diferencia.

Es verdad, la catarsis se siente bien, hay algo muy satisfactorio en ese desaire intelectual de simplemente desahogar lo que sentimos y destrozar de forma instintiva lo que creemos nos hace daño, pero eso es una solución muy miope e improductiva, no por nada la catarsis como terapia suele ser absolutamente desaconsejada en los círculos de la psicología. No es suficiente con apuntar con el dedo, lo que sigue debe ser un ejercicio de templanza.

Muy seguramente ya les dio por desorbitarse los ojos de tanto estarlos rodando, me veo muy tonto estúpido ya sea por estar hablando de lo que tan evidente es o bien sonando estúpidamente idealista con eso de energías positivas y encontrar las soluciones nada más porque así me da por decirlo en un ciclo recursivo e hipócrita de estar quejándome por quejarme de ser un quejumbroso, pero ese no es el caso. Esto que afirmo no me es un descubrimiento ni mucho menos, de hecho son conclusiones a las que he llegado en más de una ocasión. Ahora la pregunta es ¿Por qué diablos estar mencionándolo así tan abierto ahora si tan obvio me es?

Bien, ese es el ejercicio de pensar mas concretamente las cosas del que estaba hablando al principio, si bien es cierto que he dado rienda suelta a esa plaga intelectual de solo estarme quejando debo analizar de forma más concreta qué parte de ello es mi culpa y cual es parte de una reacción. Se lee raro así, pero a lo que voy es que he estado especulando que esa constante marea de quejas no es nada más una validación nacida de la vieja era, sino un estrago, un trauma traído y causado a mí por la maldita primer era.

He hablado en más de una ocasión lo malsano y mierdero que fueron esos años, pero nunca realmente lo he puesto en términos mas directos (ni deseo hacerlo, no porque sea insano hablar del tema, sino porque esa porquería y sus artífices no son dignos de su mención) ni me he dedicado a ser más analítico a la hora de cubrir su naturaleza. Me pregunto entonces si la ausencia de interacciones genuinas y significativas en la primer era me privaron de la capacidad de disipar las cosas en conversaciones sinceras, si ello fue lo que ultimadamente causó en mi esta “necesidad” de irme en quejas y tangentes, si todo el caudal de compuestos cáusticos y ácidos son una reacción secundaria de haber padecido los estragos de esa lejana y malsana mierda que voy a destruir con el más absoluto prejuicio.

Pero más importante aún: me pregunto cuánto daño le ha hecho eso a mi obra, a mi capacidad de ser productivo, a la chispa que he recuperado. Se por ahí que existe la creencia (y a lo mejor seguramente confirmada por la ciencia también) que los problemas arraigados causan estragos también en lo productivo, no hablo nada mas de los traumas evidentes, sino a las cosas que quedan enterradas, enraizadas en lo profundo del subconsciente, esas cosas que parecen fortuitas e inmutables, cosas que uno comete el error de creer que son simplemente facetas de la personalidad. No se decir con exactitud si quejarme ha sido una expresión indirecta del trauma.

No que tenga la solución ahora mismo, pero por lo pronto verlo así me da un poco mas de claridad, a lo mejor esta es la pista o el punto de partida que había comentado en la última entrada y desde ahí pueda empezar a desenredar esto para encontrar una respuesta. Si bien esto no será lo que destruya a la primer era, no quiero que sea exactamente eso, quiero que me dé la capacidad de resolver esa propuesta inicial, la de por lo menos dejar de ser tan quejumbroso como antes.

Quiero empezar a ver los temas de otro modo, si bien puedo darme la libertad de quejarme, quiero también comenzar a ser mas consciente de eso para concluir con conversaciones o temas que orienten la queja hacia un lado mas constructivo y productivo, por lo menos dejar una propuesta o sentar las bases para una actitud propositiva que sirva para dar con una solución o por lo menos una luz que apunte hacia esa dirección. No digo esto porque de la noche a la mañana vaya a cambiar mi actitud, pero así por ahora tengo una iniciativa para mejorar en lugar de entregarme ciegamente a otro dejo de la catarsis.

Ese será uno de mis empujes de ahora en adelante: terminar mis quejas con menos acido y con un enfoque hacia un esfuerzo mas positivo, está muy bien quejarse, pero no quiero dejarme llevar por una postura convenenciera, menos aun cuando quiero deshacerme del legado de la maldita primer era. Tal vez tenga ya por donde comenzar a ejercitar esto, bien dije que quería hablar de Elden Ring pero por ahora aun sigo con eso pendiente, aun me falta terminarlo bien para tener una opinión mas concreta y ciertamente hay otras cosas de las que hablar tanto por lo bueno como por lo malo, así que estense pendientes a ese punto a ver si de verdad puedo comenzar a ser algo mas que simplemente el robot ese que solo escupe ácido y más nada.

Obviamente no quiero quedar como hipócrita, asi que voy a templar esa expectativa diciendo que estoy muy lejos de poder hablar aunque sea marginalmente neutral con respecto a la primer era, por eso digo que esto va a ser un ejercicio largo y además, si por esa mierda estoy en este caudal acido interminable, entonces mucha menos razón hay para serle neutral a esa porquería. El camino sigue siendo largo y arduo, cuanto antes empiece por corregir el curso de ese legado asqueroso, mucho mejor.

Bueno, al menos no es más pendejada de autocompasión y letanías de lastima de mi parte, supongo que por algún lugar se empieza con ese progreso. Espero no haberlos aburrido mas que otras veces o por lo menos no haberles resultado tan caustico y acido como en otras ocasiones, mientras tanto cuídense mucho mis dos lectores y medio!

Larga vida a la nueva era.