Hola de nuevo, el cráneo metálico
parlante con el cuerpo aun en el taller aquí presente para tenerlos al
pendiente, como obviamente es el caso ya que todo mundo siempre se desvive por
leer lo que tengo que decir, de mis desventuras intelectuales en el bote de
remos que es esta vida mía de mi de mi propiedad mía que es mía y no presto.
Más allá de mis pésimas “bromas”
a las que los tengo tan malacostumbrados y pasando a la seriedad de una vez, no
me cabe ninguna duda que esta será la entrada más controvertida hasta el
momento. No porque no haya dicho ya cosas “fuera de lugar” (que honestamente
aunque puedo ser muy hiperbólico no me parece haber salido de orbita alguna)
sino porque ya me toca cumplir con una promesa que he roto ya varias veces, una
que he dejado en la negligencia por tanto tiempo que a estas alturas realmente
no debería tener relevancia, una que por desgracia aún tiene no porque
realmente lo sea sino porque son tiempos muy turbulentos para este tipo de
charlas.
Hace años por ahí que había
comentado de forma muy tangente que tenía interés en cubrir nada más y nada
menos que la presencia de un individuo en la dichosa Casa Blanca de los USA de américa:
Donaldo “Muralla” Trompo. Si leer ese nombre te sacó de alguna casilla a tiempo
ya de que haya dejado la oficina oval, por favor ya salte de una vez de esta página
porque no voy a decir nada con lo que estés particularmente de acuerdo, pero más
allá de eso, ya no estamos en la de tener reacciones ante la mención de ese
señor y aun tenerlas solo es parte de un problema mucho más grande, pero no
quiero ni voy a entretener la mentalidad de gente que se zanja en emociones a
la mínima señal de un tema “difícil”, así que hago énfasis en que si ese es el
caso contigo, ya salte de una vez.
Si por el contrario no te pones
“literally shaking rn” a la mención del poderosísimo hombre cheeto, espero por
lo menos no aburrirte con lo que tenga que decir en esta entrada, aunque claro
como no sé qué tan bueno soy realmente con las palabras, siempre pueden disidir
en mis cajitas de comentarios, yo nunca le hago el feo al banterino de
internet.
Ya entrando en materia, soy una
persona que ha mostrado férrea resistencia a ciertas tendencias ideológicas en
línea que desgraciadamente solo se han fortalecido (no en número, pero si en
intensidad) desde aquella presidencia que recién terminó en 2020 pero nunca
realmente he expuesto de forma explícita cual es mi postura política. Por las
cosas que he dicho a lo largo de los años en este blog algunos podrían hacer
suposiciones, yo por mi parte puedo hacer algunas afirmaciones respecto a mi
postura también, pero si tengo que ser realmente honesto debo decir que soy una
persona centrista. No estrictamente, tengo ciertas inclinaciones dependiendo
del tema, pero definitivamente mi promedio es el de una persona que se sentaría
en el área central de la sala política.
En ese sentido no soy alguien
particularmente entretenido, de hecho ser moderado usualmente es visto en línea
de dos formas: aburrido/genérico o profundamente antipático (y si también te da
cierta reacción que me declare centrista, también te puedes largar, si, hablo
de ustedes en los extremos, en ambos). Aunque no soy alguien que se preste a
hablar de esos temas a la menor provocación, le agarro cierto agrado a tener
una conversación de corte político, siento informa de una manera general las
cosas que valora alguien y el modo en que aborda problemas. Claro, esto siempre
que el tema se llevara a cabo de manera moderada, civil e impersonal.
Originalmente tenía varias cosas
que decir con respecto al hombre cheeto malvado que todos detestan, pero a lo
largo de toda su presidencia vi como los extremos en el espectro político
convirtieron ese tipo de conversaciones primero en un alarde proselitista y
luego en este campo de batalla en una guerra sucia interminable entre ambos
bandos peleándose por la aprobación de los intermedios valiéndose de toda
falacia lógica posible, por no decir vil propaganda, para reclutar a quienes
lograran convencer.
Eventualmente opté por no tocar
el tema directamente en favor de simplemente ver como las cosas se desenvolvían
sobre la marcha, preferí ser testigo de esos cuatro años de presidencia si tan
siquiera para ver cómo serían las cosas ante “tremendo peligro” como tanta
gente decía en todas partes, todo el día, todos los días. En ese lapso de
tiempo también di con un video que después me llevó a un librito muy bueno, El
Manual del Dictador (The Dictator’s Handbook) y revisité los eventos del hombre
cheeto malvado desde esa perspectiva que para ser sincero me fue un parte aguas.
Todo eso me hizo reconfigurar mi
opinión con respecto a dae le drumpf y su presidencia, así que para no ir de
punto en punto porque eso saldría sobrando y seria completamente innecesario,
prefiero abrir eso con la siguiente pregunta: ¿Qué cosas cambiaron realmente?
No, no quiero que me vengan con
artículos estúpidos llenos de amarillismo sensacionalista, alarmismo sectario y
demás tácticas tribalistas contemporáneas, alejen su mente de todas esas
tonterías que abundan en la discusión y respondan la pregunta con la más
templada pero sincera honestidad posible. Comparen esa consideración con todos
esos apartados que acabo de describir y van a notar lo siguiente: no pasó nada.
Nada fue fundamentalmente diferente, no hubo gran cambio ni se agitó el status
quo. Vino y se fue, como muchas de las presidencias americanas contemporáneas.
Lo obvio seria responder con lo
de las controversias, pero antes de que me vengan con el hombre manos diminutas
les recuerdo que eso tampoco es nada nuevo. Ya todos sabemos que Bush fue un
vil vaquero con su política exterior y también sabemos que del “buen” Obama
bastan y sobran los cuentos de sus ataques con drones y sus prácticas
migratorias. Todos tienen las manos metidas en algo, Trompo no es el único ni
por asomo y me es muy extraño que muchos actuaran como si ese fuera el caso.
Por eso hago ese cuestionamiento
desde los grandes rasgos, porque en términos prácticos no fue una presidencia
diferente de las anteriores. Aunque hubo ciertos eventos dignos de
consideración (no conozco presidente previo con el afán de abrir un canal
oficial con norcorea, por ejemplo), mucho realmente se mantuvo en las mismas
líneas con lo realmente significativo ocurriendo solamente en las sombras de
esas altas esferas, muy lejos de la opinión y la vista del público como casi
siempre suele ser la rutina. Pero eso enteramente en los términos prácticos.
En términos más abstractos y
públicos, Donaldo Jota Drumpfino fue un auténtico antes y después en la era del
internet. Su presencia y su conducta cambiaron para siempre el modo en que se
llevan a cabo las discusiones primero en línea y después fuera de ella también.
Cambiaron para siempre el modus operandi primero de los debates en línea y
después de cualquier discusión tanto abierta como privada, hasta en las
personales comenzaron a causar problemas. Para la desgracia de todos, este daño
parece irreversible y aún más trágico es que no tenemos ni la más remota idea
de cómo detener la inercia que esto ha causado.
Hace tiempo EmpLemon hizo un
video detallando una teoría respecto a la victoria presidencial de una elección
que, en términos tradicionales, no debió concluir ni por aproximación del modo
en que ocurrió. Les recomiendo mucho ese videíto, pero en el resumen más
inmediato: Orang Man se valió de medios emergentes para consolidar su postura
como nominado republicano no nada más en la institución política del partido,
sino también en las mentes de las personas mediante el poder de la magia meme.
Obviamente no voy a decir que la
literal magia meme del culto de kek y sus números mágicos influyeron la
composición de la realidad para torcer la historia a la voluntad de unos
mamertos en el foro que todos detestan (ese ya es harina de otro costal), me
refiero a que usar frases cortas, comunicaciones brutalmente directas y
declaraciones fáciles de asimilar en la consciencia publica ayudaron a difundir
su campaña, combinándolo todo con el frenético vaivén de una discusión de foro
de internet para convertirse en toda una sensación social por todas las razones
correctas y equivocadas por igual.
En parte era obvio que esto iba a
ocurrir, Don “préstamo pequeño de un millón de dólares” no solo es un hombre de
negocios sino también una personalidad mediática, tiene presencia y carisma,
sabe comandar una situación y su personalidad fuerte, directa y ruda sabe
hacerse notar de inmediato, lógicamente hacer memes era algo casi predilecto en
su forma de abordar una situación, especialmente algo tan público como una
campaña presidencial.
A la vez es fácil ver por qué le
resultaría obvio a sus contemporáneos y colegas de profesión completamente
absurda la posibilidad de que él ganara siquiera la nominación a la
candidatura: alguien así de estrafalario y fuera de lugar es demasiado excéntrico
en un ambiente así como para asegurar una postura de tan demandante talla
social y profesional, salirse tanto de lo convencional obviamente sería
contraproducente, subestimarlo fue otra reacción obvia. Un extraño coctel de
factores que en realidad daba un 50-50 a las posibilidades de su presidencia.
Es más fácil notar la reacción al
analizar el antes y el después mediante los debates previos a la elección. Hay
esos debates previos más convencionales, propios e incluso ya tomados por
anticuados si no es que ensayados, pero completamente esperados debido a la
naturaleza tan estéril y el teatro profesional de la política pública antes del
2016, pero entra en escena este señor que no hizo otra cosa más que romper
barreras: donde todos veían trabajo, rutina y convencionalismos, DJT vio
espectáculos, teatros y coliseos.
No había barrera que el señor no
se dignara tumbar, convirtió las conversaciones en auténticos despliegues de
chismorreos, alardes y ataques al personaje dignos de una trifulca de recreo en
la secundaria, no había sesiones de preguntas y respuestas sino un mar de dimes
y diretes al puro estilo de una presentación de la WWE. En 2016 no hubo
debates, hubo arenas de combate y este señor exprimió ese potencial hasta la última
gota y claro, la gente estaba encantada y desconcertada en igual medida.
Es más acertado decir que no hubo
tanto una campaña política sino todo un espectáculo mediático y sus detractores
no hicieron más que servir el propósito de su treta: toda la gente que no podía
verlo ni pintado no hacía más que plasmarlo y convertirlo en el centro de sus
conversaciones por todas partes. Los buitruchos de Marketing Gang matarían por tener el poder de
introducirse así en la mente de las personas: imagina la facultad de convertir
a tus detractores en empleados gratuitos de tu propia propaganda que hacen el
favor de esparcir tan enérgica y públicamente, ya no haces tanto el trabajo, el
resto prácticamente se sostiene solo.
La institución electoral quiso
acabar la predominancia exuberante de una campaña tan fuera de lo ortodoxo con
sus métodos tan propios, tradicionales y convencionales, pero el señor estaba
tan fuera de sus reglas y sus normas que no pudieron hacer absolutamente nada
contra tal vorágine social, no esperaban una disrupción de semejante magnitud,
no cuando estaban tan confiados y atrincherados en sus métodos.
Ahora, para los efectos de una
campaña política, esto es un éxito rotundo en absolutamente todos los sentidos,
no hay casilla que no puedas marcar con una palomita verde, un incendio mediático
de talla nacional jalando gente al por mayor es exactamente lo que el político
contemporáneo quiere y necesita para elevar su campaña y Orang Man
prácticamente logró eso con una maestría magistral. Sin embargo, la jugada fue
aprendida y asimilada por sus contemporáneos y, por muy bueno en el sentido más
pragmático del ramo político, se ha convertido en un lastre social interminable
que se está saliendo de control.
Donaldo convirtió las
conversaciones sociopolíticas en alardes de insultos, cosa que ha alimentado la
división sociopolítica contemporánea y ha convertido de las discusiones en
actos proselitistas individuales donde no hay una búsqueda intelectual de
soluciones difíciles a problemas mucho más complicados, sino en coliseos
interpersonales donde hay que ganar y quien gana es quien más humille y
desprestigie al otro. Ya no hay conversaciones con temas centrales, incluso si
es para mentir en ese aire político del “doble discurso”, solo hay “DESTRUYENDO
A [oponente] CON HECHOS Y LOGICA!!!!”, “[oponente] BTFO!!!”, “COMPILACION DE
HUMILLACIONES A [oponente]”. Desgraciadamente, esta es solo la superficie del
problema, porque ha evolucionado a algo mucho peor y muchísimo más difícil de
manejar.
Los despliegues mediáticos que
hicieron de los debates un auténtico coliseo escandaloso de insultos y tu
quoque no solo volvieron adictiva la actividad de ver quien insulta mejor al
otro, sino que la misma audiencia comenzó a llevar ese espectáculo a sus
propias casas. Los foros en internet se convirtieron en una extensión de ese
show mediático, solo que completamente robado del carisma televisivo que de
menos hacía de ellos algo marginalmente entretenido (y no por decir que fuera
bueno ni mucho menos) y en su lugar solo hay mareas y mareas de insultos:
cucks, soyboys y commies de un lado contra chuds, bigots y racistas del otro.
Cierto, caerse a debates
estúpidos llenos de shitposts no es nada nuevo en la red, pero esta vez es
diferente, la magnitud en la importancia de estas guerritas de foro se volvió
fundamental a los ojos de ciertos segmentos y no es nada más que llenes un post
con memes, insultos y macros de imágenes ridiculizando a tus enemigos, ahora
tiene la función de declarar una lealtad, de establecer tu afiliación, ya no es
nada más “trolololol”, esta trifulca ahora define de qué lado estás y por
supuesto que la gente en los extremos va a demandarte que te suscribas a un
lado o al otro, de lo contrario estas en su contra.
Si bien el manos diminutas puede
decir que logró meterse en la cabeza de todos, el efecto retroactivo que tuvo
en la opinión pública fue de convertirlo en enemigo público número uno y con su
metodología se estableció el paradigma de estar ridiculizando y denunciándolo
primero a él y luego a todos sus simpatizantes al grado de convertirlo también
en un espectáculo mediático. Se volvió no solo popular sino un deber civil y
moral el demostrar cuanto odio y repudio se podía mostrar al Orang Man, llegó
al grado de banear todas sus cuentas como un acto de protesta civil en pos de
oponerse a la gran tiranía del Siglo XXI.
Vestidos con esa brújula moral
fue que la moderación de redes sociales, alentado también por la nueva turba
incendiaria, se convirtieron en los nuevos comisarios y guardias que llevaban a
cabo las nuevas Sesiones de Lucha. Para los que no lo saben, en la China de Mao
era común subyugar a enemigos políticos mediante una humillación pública a gran
escala donde se les sometía a continuos insultos y agresiones por parte del
pueblo como reproche a sus “crímenes”, actos que soportaban solo porque la
alternativa era la ejecución. Estas humillaciones públicas eran las Sesiones de
Lucha.
Ya sé que es otra de mis
hiperbólicas comparaciones porque obviamente ser baneado de una red social no
es lo mismo que tener al comisario Grigori esperando afuera de tu casa con una
PPsh-41 pidiéndote que por favor voltees a ver la pared, pero se trata del
recrudecimiento sociopolítico a causa de la doctrina publica del Trompo, porque
mientras no está la gente a riesgo de muerte, la idea de la Sesión de Lucha
sigue latente, cosa que de forma contemporánea llaman funar.
Ojala el objetivo solamente fuese
la denuncia abierta y publica de legítimos entes peligrosos y deleznables, pero
no es nada mas eso, las cosas han caído al punto que simplemente declarar
mesura o evitar suscribirse a cualquier extremo es suficiente para que te
denuncien como culpable de crimental miembro de los escuadrones de la muerte
que merece ser rechazado de toda comunidad social. En la hipérbole moderna del
primermundismo cerebroliso descerebrado retrograda terminalmente en línea tan
común en ambos extremos no es raro pensar que la ejecución sumaria es una
legitima solución al grande, enorme, catastrófico y traumático problema de
”persona no está de acuerdo conmigo”.
Durante la presidencia de hombre
cheeto fue imposible evitar ver ese frenesí social ocurrir a lo largo de todas
las redes y no me cabe duda que en la vida privada de muchas personas también
fue motivo de mucha fricción si no es que de la ruptura de amistades y demás
relaciones personales ¿y todo esto para qué? ¿Que ganó la gente de esta
supuesta revuelta social además de convertir el internet en un mierdero
distopico donde no se puede tener una discusión sin caerse a proselitismos
baratos sectarios y tribalistas donde cualquier desviación del discurso
“correcto” te gana una sesión de lucha contemporánea?
Es increíble ver como el pueblo
del supuesto mundo desarrollado se permitió caer a tan simplista e instintivo
despliegue del comportamiento animal y al masaje cerebral con tal de permanecer
suscritos a la supuesta lucha social al grado de salirme con que la protesta
del capitolio al inicio del año fue un “golpe de estado” y un “acto terrorista”
que “puso en riesgo la democracia y la libertad de los USAs de américa”. No lo
tomen nada mas de mí, los países víctimas de la operación Cóndor y el resto de Latinoamérica
seguro no se aguantan las ñañaras de semejante declaración, pero claro, que van
a saber las víctimas de Los Problemas, de Pinochet, del chavismo y la multitud
de pueblos de este lado del rio Bravo de legítimos problemas sociales,
dictaduras y golpes de estado, estoy seguro que gringo blanquito en la tierra
de la buena infraestructura y el poder adquisitivo sabe mucho mas de
sufrimiento que los países del tercer mundo (para mejor efecto, coméntenle a la
gente en los Balcanes acerca de ese incidente, sus reacciones son aún más
entretenidas).
Lo peor de todo es que ni
siquiera termina ahí, la degradación de las causas sigue al punto de convertirse
en mero propagandismo barato que hace mucho más daño de lo que realmente creen
que ayuda. Estas funas contemporáneas y este jaleo continuo de extremos
peleando en un mar de insultos y guerra sucia ni siquiera se llevan a cabo por
las razones que explícitamente expresan, de ahí que tanto se acuse de “virtue
signal”, de simplemente señalar virtudes mediante activismo de sillón y más
nada. ¿De verdad esa gente cree con vehemencia lo que pregona? ¿O acaso creen
porque es un boleto fácil a puntitos de internet? ¿Cuánto de esa gente sigue el
ritmo del tambor por genuina intención y cuantos más por la conveniencia de un
seguimiento inmediato o la intimidación de no decir lo “incorrecto”?
Cuando todos pelean por algo como
la escena homosexual en Lightyear, ¿piensan que Disney legítimamente cree y
pregona esos valores? No me decidí arrimar a esa discusión precisamente porque
ese no es el caso, tan no es el caso que todos aplauden como focas y desdeñan
cual villano del socialismo de champaña a la megacorporación multimillonaria
que mete esas escenas tan cortas que fácilmente pueden editar para después
quitarlas cuando tienen que venderlas en mercados más cuestionables. No me
digan que de verdad creen que los medios contemporáneos se suman a este vaivén
de insultos y proselitismos públicos porque de verdad se suscriben a esas
ideas, ni siquiera tienen valores más allá de aquel que salta en la NYSE o en
el NASDAQ asi que no puedo esperar mucha compostura moral legitima de una
empresa que le agradece a países que practican legitima limpieza étnica.
Como pueden ver, el
recrudecimiento ha caído de forma tan recursiva a un punto tan bajo que es
imposible saber con certeza quien siquiera pelea por lo correcto y quien se
suma nada más para entrar al coliseo de los hits de dopamina o a las tretas de
intimidación, son turbas que pierden por completo cualquier sentido con tal de
permanecer en el instintivo y animal pie de lucha, buscando y viendo enemigos
por todas partes por ningún motivo más que el de seguir alimentando rabias para
desahogos personales y más nada, al punto de legítimamente afectar a aquellos
que realmente tienen en qué creer y por qué luchar, ya sea afectando la
percepción de sus ideas o diluyendo las causas en coliseos intelectuales.
Así me puedo continuar por mucho más,
pero creo que ya hice más que suficiente por demostrar el punto, hemos caído en
la insensatez sociopolítica por seguir peleando en un coliseo interpersonal de
vil desquite superficial y más nada, todo porque el hombre cheeto del muro
malvado hizo capital político con sus chismorreos públicos. Esto no se trata ni
siquiera ya de qué postura tiene cada quien, es ahora el cáncer intelectual que
no nos permite siquiera comunicar las ideas sin tener que estar pisando un
campo minado, no hay discusiones, solo mas debates eternos y constantes al mero
estilo del 2016. Tal y como el aparente vidente voz-de-profeta Kojima nos
advirtió con tanta vehemencia desde el año 2001.
Bueno, ya dejé todo eso dicho,
ahora la pregunta prevalece: ¿Qué sigue ahora? ¿Qué puede hacerse? Como bien
mencioné, no es fácil y eso es un enorme eufemismo, pero no por ello quiere
decir que estamos completamente sin alternativas. Hace mucho tiempo, cuando
todavía tenía un interés marginal en pinche League of CCP, yo solía seguir el
contenido de Skyshock y en aquel tiempo él también tenía un blog, uno muchísimo
más entretenido que el mío pero que desgraciadamente tuvo que cerrar, en el
cual subió una entrada dejándonos ver un poco más hacia el interior de su
persona.
Básicamente, Skyshock agitó el
avispero de sus disidentes de forma deliberada con el fin de establecer una
moraleja: sean rudos. Tener la piel gruesa no solo es útil, es necesario para
poder conducirse en esta vida sin tener que caerse cada vez que la disidencia
aparece para querer echarnos a perder el día, pero no es nada más “bravuconear
cuando te bravuconeen”, hay que ejercer mucha mesura y sentido común para saber
con quién trazar la línea en la arena y con quien pasar de largo y seguir
adelante con lo tuyo.
Este mar interminable de funas y tontería
y media no han hecho más que adelgazarle tanto la piel a la gente que no se
puede tener siquiera el más mínimo desacuerdo por el detalle más diminuto sin
que intenten insinuar que eres una especie de enemigo público o que cometes
crimental o que tienes no sé qué tantos problemas en la cabeza y vivir así no
hace más que atrofiar la capacidad interpersonal de resolver los problemas. ¿No
suena más sensato tener mesura personal y saber elegir las batallas en lugar de
caerse a berrinches a la más insulsa provocación?
Lo más importante de tener la
piel gruesa es practicar el sentido común y fortalecer la brújula moral, un
ejercicio que pende enteramente de la responsabilidad individual y no de una
masa amorfa de gente que grita y se enardece contra la otra masa amorfa de
gente que grita y se enardece. No hay un método universal porque eso depende de
cada uno de nosotros y eso solo responde a una parte del problema, pero es un
punto de partida y debe tomarse en cuenta.
Aunque la solución es distante,
por lo menos ya se ven algunos efectos. Mientras escribía esta entrada me topé
con un video respecto a una revolución social moderna, el movimiento
anti-smartphone, que sostiene la idea de soltar el teléfono para dejar de estar
terminalmente en línea con doomerismo mamerto que no resuelve nada y turbas
intelectualoides que hacen mucho más daño que beneficio y continuar con la vida
de cada quien, reintegrar sus energías y enfocarse en lo que importa.
También me alegra ver que el
efecto ya se está llevando a discusión pública en los mismos foros que ahorita
son más coliseos que cualquier otra cosa, pero de menos existe una disidencia
cada vez más grande a este extremismo absurdo tribalista y sectario que no ha
aportado nada de nada y nos retrasa en lugar de avanzar. Aún queda un tramo muy
largo y los problemas son mucho más complejos, pero ver progreso siempre es
indicio de estar en buen camino.
Como ven, no fue nada más pensar
en los aspectos a grandes rasgos o siquiera comentar que cosas dijo Orang Man
ni puntualizar a detalle sus métodos, es más una cuestión de los problemas de
comunicación interpersonal contemporáneos que nos han traído un mar de paranoia
y tensión innecesaria cuando se supone que vivimos en la era de la información,
el punto donde la infraestructura debería facilitarnos la cooperación en lugar
de aislarnos. Todas estas son cosas que ya quedaron mucho más allá de la
afiliación de cada quien, espero más gente se dé cuenta de eso y por lo menos
este texto dé algo más taimado pero genuino en qué pensar.
Sin más ni más los dejo por ahora
porque este tema ya está extendido pero ya ven cómo es esto, no por nada he
conocido gente que dice que se puede quedar hablando de estos temas por horas y
horas, son mucho más que lo que abarca la superficie, espero no haberlos
aburrido y como siempre les agradezco el tiempo que me den. Ya sé que dije que
habría algo sobre CHADen CHAD pero quise limpiar este pendiente que tenía
atorado por años en mi cabeza, al menos no fue otra entrada más de mamertismo y
autocompasión huehuehue.
Cuídense mucho, nos estaremos
viendo en la siguiente mis dos lectores y medio!
Larga vida a la nueva era.
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