Según el registro histórico, la noche del 10 de enero del año 49 AC el mismísimo Cayo Julio Cesar se quedó por un momento en la orilla del río Rubicón, ponderando lo que estaba por hacer. En las leyes de la antigua república romana estaba terminantemente prohibido que los gobernantes tuviesen un ejército activo sin necesidad de ello, y cruzar la frontera de una provincia liderando uno sin motivo era considerado insurrección, traición y una declaración de guerra contra el senado, penado inmediatamente con la muerte.
patrocinado por SPQR gang |
Las circunstancias que llevaron al general a ese río son algo complicadas y para mejor resumir la cuestión, Cesar se sintió sin mayor opción y esa misma noche, después de ponderarlo, habló con sus generales y dio la orden de marchar. Cruzó el Rubicón, dando inicio a la guerra civil, una acción tan impactante para su época que hasta la fecha se usa la expresión “cruzar el rubicón” como coloquialismo del punto sin retorno.
Mucha gente suele utilizar los exponentes más virtuosos de la antigua Roma como fuente de inspiración; sus generales, sus emperadores y sus filósofos son vistos como faros de virtud tanto interpersonal como intrapersonal, hombres de fortaleza, de lealtad y estoica convicción, de fría determinación para encarar la adversidad, capaces de endurecerse y templarse en igual medida cuando lo amerita.
No digo lo anterior nada más porque se puso de moda estar hablando del fenómeno de invocar pensamientos de la antigua Roma que se ha visto mucho en la angloesfera en los últimos años, es algo que toda la civilización occidental ha hecho desde que cayó el imperio. A pesar de haber traído la eventual caída de Roma, los pueblos barbaros de Europa que heredaron sus terrenos no tuvieron problemas en heredar también sus títulos, como lo era el Kaiser en Alemania o el Tsar en Rusia, no se puede recalcar los suficiente el impacto que tuvo la Pax Romana en la historia.
Recordatorio: postear RETVRN te hace ver como todo un tryhard |
Pero a pesar de que a todos les gusta invocar las frías observaciones de Séneca o los llamados a la virtud estoica de Marco Aurelio, el momento que más me intriga y engancha es el de esa noche a la orilla del Rubicón, porque a diferencia de las celebraciones de los logros romanos que otros eligen observar, esa noche habla más de lo que pudo ser un momento de vulnerabilidad, y de nada más que el OG Cesar.
Por supuesto, no pretendo insinuar un insulto a la trayectoria de un hombre como Julio Cesar, todo lo contrario, creo que habla más de su carácter que en ese momento se decidiera contemplar profundamente lo que estaba por hacer. Cruzar ese rio no era nada más su acto superlativo de desafío ante la suprema autoridad a la que le debía lealtad y servicio, era iniciar una guerra, iba a correr sangre, precipitaría una crisis que afectaría a toda Roma, encima de eso el precio del fracaso era la pena capital, para el y todos a los que convenció de seguirlo hasta ahí.
A mucha gente nos gusta pensar lo que haríamos en un puesto de liderazgo, nos gusta creer que seriamos igual de virtuosos, grandes e inspiradores como esos líderes históricos que dejan su huella, pero poco nos ponemos a pensar lo que realmente implica eso, el peso que supone en los hombros tomar esas decisiones, el impacto que una orden puede tener o el precio que se puede pagar por tener tal o cual facultad. No me sorprendería saber que, por un momento, el Cesar ponderaba algún miedo que sentía.
todos son gangsta hasta que el trono se hace sentir |
Nuevamente será de todos la observación evidente de “¿pero qué diablos tiene que ver todo eso contigo?” y de nuevo lo digo, muy poco en particular, ciertamente no soy nadie en comparación con esas figuras históricas tan celebradas y tampoco quiero implicar que me pretendo igualar a ellos o que son una especie de faro para mí, tampoco tengo esa predisposición a la admiración grecorromana que se ha vuelto tan popular últimamente, nada de eso, prefiero citar el ejemplo de esa noche a la orilla del rio por algo que me ha rondado mucho la cabeza últimamente.
Mucho de la nueva era lo he pasado titubeando, lleno de miedos y resintiendo la incertidumbre, es algo que llevo arrastrando desde la negrura de la primer era y es apenas en tiempos recientes que me he dignado a hacer algo al respecto, pero a pesar de mis esfuerzos (o lo que me permite echar andar la suerte) aun veo poco progreso. No pretendo ser impaciente, pero la vida y el tiempo no esperan a nadie, algo tengo que hacer y tengo que hacerlo bien.
He de admitir que aunque la determinación no me falta, siempre tengo esa nube encima, nunca me ha abandonado ese temor, uno que creo ha permeado hasta lo profundo de mi ser, porque incluso en mis pasatiempos lo he llegado a notar. Tengo una profunda inclinación hacia un status quo, uno que no quiero alterar porque no tengo idea de qué puede pasar después, una inclinación subliminal porque no es sino hasta ahora que lo reflexiono que me doy cuenta de lo profundo que llega.
![]() |
picrel, pero solo yo entiendo le reference xdddDDD |
Son cosas como esa inclinación y mi extraña rigidez en las manos que me dejan pensando si son cosas que arrastro de la primer era o si son cosas mías que apenas voy descubriendo porque, como aquella lejana depresión que abandoné hace mucho, las di por fortuitas, aspectos “sanos” o “normales” de mi persona. Me desconcierta mucho porque no se cuánto realmente está bien o mal conmigo, o cuantos malentendidos he arraigado a lo largo de mi vida.
Una vez me puse a pensar, ¿hasta cuándo voy a dejar de tener miedo? Cierto, he estado presidiendo los esfuerzos por hacer algo respecto a mi realidad inmediata, pero me queda claro que no he puesto el 100%, he avanzado con un ancla atada al pie y me he rehusado, consciente o no, a hacer algo al respecto y de verdad poner todo de mi para echar a andar el plan maestro y poder al fin dar inicio a la siguiente era. Me frustra haber estado tan ciego y no saber con completa certeza como responder esa pregunta.
Al menos, esa habría sido mi conclusión, pensar que en esa pregunta está el meollo del asunto, pero pensándolo más profundamente, creo que esa pregunta no es correcta. Mucha gente aún tiene la errónea creencia de que la valentía esa la completa ausencia del miedo cuando en realidad es la facultad de encarar los miedos incluso con el temor presente.
Antes de cruzar el rio, Julio Cesar habló con sus generales y les dijo la célebre frase “alea iacta est” (“el dado ha sido lanzado”). Otra vez, en cara de su decisión no habló con completa certeza de un rotundo éxito lleno de glorias y garantías, habló de enfrentar lo que venga, determinado, pero enfrentando su fortuna al fin y al cabo.
No me queda concluir, entonces, que la pregunta no es “¿hasta cuándo voy a dejar de tener miedo?” sino: ¿hasta cuándo voy a dejar que el miedo decida por mí?
legendarios OGs del yolo, guien mi impetu |
Sin importar lo que haga, creo que el miedo nunca realmente me va a abandonar, así que solo me queda encararlo, al menos sé que no lo hago por tonto descuido y eso tiene que contar de algo. Si de verdad es lo que tiene que pasar para de verdad hacer florecer el plan y dar inicio a la siguiente era, entonces que ruede el dado y que sea una victoria o una derrota en los términos más absolutos.
No tengo ni idea de qué me depara este año y sé que me va a dar miedo, pero lo afrontaré asi como venga.
Mucha fuerza y mucho sentido para mis dos lectores y medio, cuidense mucho.
Larga vida a la nueva era.
No te preocupes que no eres el único con miedo jeje
ResponderEliminarLo cierto es, como ya te mencioné en nuestra plática en Año Nuevo, que la chispa de determinación que tenías se vio ofuscada por uno de los tragos más amargos que te ha tocado experimentar. Es completamente comprensible que te sientas temeroso a lo que depare el futuro, pero bien lo dices aquí "¿hasta cuándo voy a dejar que el miedo decida por mi?" y pienso que con eso ya diste otro paso importante.
Porque reconocer ese tipo de cosas requiere valor, no todos buscan encarar la verdad al verse frente al espejo. Y no sólo hiciste eso, sino que lo viste y decidiste hacer algo al respecto.
Tu no lo pienses demasiado, sigue tu instinto. Si algo se siente bien y hay un ímpetu en tu espíritu que te pide hacer más para avanzar, hazlo. No te limites. No importa si tienes miedo, es mejor hacerlo aunque sea con miedo a no hacer nada. Ahí yace el verdadero error.
Me alegra ser parte de este nuevo capítulo de tu persona. Muchas gracias por permitirme y darme un espacio en tu corazón para verte crecer. Es todo un privilegio estar a tu lado.
Estoy segurísima que en un futuro no muy lejano te sentirás aliviado y feliz de correr los riesgos que, por ahora, te causan cierto miedo.
Te amo muchotototototototototote, amor de mi vida y eternidad <333 :3