Lema del luchador.

"Lucha, reta y álzate para luchar otra vez."

viernes, 11 de julio de 2025

"El fondo será el cimiento"

 [Edit: encontré un mejor tema para la entrada lel]

Determinación y esas cosas.

Para la gente que no lo sabe, porque tiene mucho tiempo que llevé a cabo una purga del contenido de este espacio, una especie de tradición malsana de este blog era el de estarme quejando de tener la intención de escribir y publicar con mayor frecuencia solo para terminar fracasando vil y descaradamente en el proceso. Parece que es una maldición permanente de este lugar, pero esta vez es diferente.

“Esta vez es diferente” también es otro de los mantras de este espacio, pero lo que acentúa con mayor énfasis la realidad de esa frase es que no ha sido por quedarme con los brazos cruzados. Desde la última entrada hasta la fecha mi esposa y yo nos aventamos todo un viaje de trabajo con el propósito de rehabilitar un espacio de trabajo.

Para resumir una complicada historia de súbitos giros sin previo aviso, un local quedó reducido a un almacén derivado de un negocio que ya no se pudo atender más. Debido a la muy pero muy infructífera búsqueda de empleo (o, mejor dicho, el hecho de que solo me estuvieran paseando como payaso), creímos que sería buena idea aprovechar el espacio, especialmente viendo que no hubo método para otros de intentarlo.

Mi esposa y yo ya tenemos practica con eso de estar acomodando cajas y cajas de contenido, pero no por ello se le quitó lo cansado, fue toda una labor de varias semanas (creo que más del mes, de hecho) en las que estuvimos reacomodando todo un lote de varios productos, y no fue nada más el de reorganizarlos en distintas cajas, fue también el trabajo de moverlas para despejar el espacio.

EL TRABAJO DURO ES SU PROPIA RECOMPENSA

Afortunadamente, se logró, pudimos poner todo en orden y por fin darle espacio al espacio, o como nos gustaba decir, “mira, ya se ve el piso”. Así que nos dimos a la tarea de convertirlo en lo que, pensé, sería un adecuado despacho, dada mi profesión.

No tendré ciertas cualidades ni las certificaciones específicas de selectos colegas que participan en todo tipo de cursos (de hecho, tengo mis diferencias con ese sistema), pero tampoco me considero alguien sin las facultades para ejercer adecuadamente, así que pude determinar algunas áreas de oportunidad sobre las cuales adecuar mis servicios.

Desgraciadamente para mí, esto vino acompañado de una sospecha muy profunda pero muy duradera, algo que se ha venido tejiendo desde poco antes de concluir mi carrera: un empuje por hacer obsoletos los servicios que ofrezco. Es bueno saber que se le saca mucho aprovechamiento a la era del internet, pero supongo que alguien se iba a comer el estrago de liberar ciertas labores.

Verán, desde 2014 el gobierno federal ha creado una serie de iniciativas con el fin de “no necesitar más un contador”, pero estos esfuerzos han tenido una recepción muy controvertida y mixta derivado del uso de un portal infernal y disfuncional al que pocas veces se le puede entender. Es una pelea que ya he descrito antes, pero suficiente con resumirlo de la siguiente manera: es un mar de quejas, encontrones y jalones de cabello.

Ayudar a la ciudadanía challenge (rotundamente imposible)

Muchos colegas de profesión estaban completamente seguros del tremendo fracaso que todo eso iba a ser, que la carrera estaba más que blindada y no habría modo de deshacerse del gremio; de un modo u otro, sin importar quien lo intente o lo que se ponga de por medio, la gente va a necesitar un contador.

Rodeado de esos círculos, yo me quedé confiado en que seguro tendrían razón, después de todo yo era nada más un estudiante y seguramente los expertos, especialmente aquellos certificados por su dichoso colegio, hablan desde una posición segura y autoritaria, no hay modo en que una pésima implementación del servicio pueda hacer algo por detener a la carrera.

Sin embargo, en el fondo siempre se quedó la pregunta: ¿y si es cierto? Tal vez ahora fallaron, pero ¿Qué será el día que le atinen? ¿Qué haremos cuando tengan éxito? Bueno, son dudas de un joven sin experiencia, seguro se quedan nada más ahí y punto, no hay por qué prepararse para lo contrario.

De hecho, todo mundo me hacia esa mención de estar en una carrera segura, que nunca me moriría de hambre y que siempre encontraría como acoplarme a la empresa que así lo requiriera, porque todo mundo lo necesita, obviamente nunca se va a acabar el trabajo, es algo de lo que nunca tendría que preocuparme.

No que sea relevante, pero imagen TREMENDAMENTE relevante.

Muy como todo lo que he comentado hasta este punto y en otras entradas, esa nunca ha sido mi experiencia. Descarto por completo el PERRO ASCO que fue mi primer empleo porque no hay fuerza en este u otro universo que le dé una pisca de legitimidad a esa porquería, pero ahora que estoy por mi cuenta es que me fijo lo difícil que realmente es.

Cierto, es muy desatinado pensar que de la noche a la mañana va a caer una fila de gente a solicitar específicamente lo que yo hago, pero después de un tiempo no hay gente que siquiera pregunte, y no que yo merezca o se me deba específicamente a mí el que la gente me contrate, es solo que me parece raro que, para una carrera supuestamente tan necesaria, no tenga ni siquiera a quien pregunte por lo que hago.

Asumí yo que sería cuestión de esperar, incluso con esa sospecha volviendo a mí con cada día que pasaba, pero seguramente en algún punto comenzaría a andar la bola de nieve. De forma agridulce, tuve la oportunidad de recibir una respuesta justamente a esa cuestión, y de nada menos que de un colega de la carrera.

Hace poco, al llegar para abrir el local, una mujer estaba usando un asiento que está justo afuera de la puerta para hablar con alguien por teléfono, misma que se levantó para darnos chance de abrir en cuanto nos acercamos. Mi esposa tuvo la idea de darle una tarjeta, así que eso hice, y en eso es que la mujer se me acerca.

A esto le llamamos "presagiar".

Sucede que es contadora también, conocía a la dueña del local y empezó una conversación al respecto, pero lo importante es que se puso a hablar específicamente del estado actual de la profesión, y desgraciadamente vino a confirmar mis sospechas: el gobierno encontró como atinarle, y mucho del trabajo actual de la profesión ya no proviene de las avenidas tradicionales de un despacho personal, de hecho, ni siquiera es la fuente principal de ingresos para los contadores en la actualidad.

Algunos creen que esto es sabotaje, en la escuela se nos advirtió de colegas piraña que solo buscan ponerle zancadilla a otros para no tener competencia y desmotivarlos de continuar en el ramo, pero a mí no me lo pareció en este caso, menos al ver la forma tan específica y puntualizada con la que la mujer comentó la naturaleza de su trabajo.

La mera verdad, desde entonces tengo completamente meneada toda la cabeza, todo el plan esta defenestrado y estoy de vuelta a la casilla de inicio, ahora con mucho menos recurso disponible y una carrera aparentemente neutralizada por fuerzas más allá de mi control. Ciertamente parece que describo un total fracaso, pero ¿Por qué dije que la confirmación me resultó agridulce?

Es amargo saber que mis habilidades académicas me son mucho menos útiles de lo esperado, pero también me quita un enorme peso de encima estar pensando en la “incertidumbre” de lo que viene después, de saber si puedo hacer tal o cual cosa en este espacio, o de pensar cuales son las cosas que me vienen mejor; todo eso ya está descartado, al menos en lo inmediato, y por fin puedo poner mis esfuerzos directamente en lo que me sea útil, en lugar de parecer estar partido en dos con el enfoque en todas partes.

Lo bueno es que solo queda una direccion disponible ahora.

No por ello implico que las cosas sean fáciles, por el contrario, seguro se van a poner más difíciles ahora, pero al menos vuelve a una cosa que he dicho repetidas veces aquí: que es algo que depende enteramente de mí, que venga de mis manos, que responda completamente a mis esfuerzos, mío y de nadie más. Por lo menos ya cuento con la certeza de saber que me puedo entregar a esa mentalidad.

Lo que me lo confirma es la ausencia de una reacción casi instintiva que llevo mucho tiempo sin sentir: cuando yo estaba por concluir mis estudios y cuando estuve en ese calvario de primer empleo, sentía una especie de vacío en el interior, una sensación física que parecía anclarme el abdomen, no encuentro mejor manera de describirlo, pero sé que era el profundo deseo de no querer estar ahí, de no ser parte de eso en lo más absoluto, como si el instinto huye o lucha se me hubiera activado.

Ahora, en mis circunstancias actuales, tengo menos dinero, obligaciones que cumplir y una carrera neutralizada con nulas garantías de empleo, incluso si lo solicito por meses, me cuesta trabajo dormir y mis preocupaciones parecen aumentar. Cualquiera creería que la reacción que describí antes debería estar siempre presente, si no es que mucho peor que antes, y más bien parece brillar por su ausencia.

Me daba mucho miedo pensar que mudarme sería algo de lo que terminaría arrepentido, que terminaría despavorido y estaría clamando por volver a casa, pero eso nunca me ha ocurrido; tal vez me preocupo y no es que me falte el miedo, pero nunca me ha venido el deseo de retirarme, de correr a los brazos de la seguridad. Se me hace extraño y no puedo explicarlo, pero me da consuelo saber que cuento con el enfoque de saber que debo reorientar mis esfuerzos, completamente libre y lejos de influencias que quieren usurpar mi libre albedrio.

Supongo que quedar hundido en problemas te mueve la cabeza de formas insospechadas.

Lo que si vuelve, sin duda alguna, es el pinchazo de haber perdido el maldito tiempo. Una vez alguien me dijo “es que no sé por qué seguiste estudiando eso”, y muy como el encuentro donde me preguntaron a dónde quería ir realmente, me está martillando la cabeza ahora mucho más que nunca. Siempre sentí que mi intuición estaba en lo correcto y preferí dejarme subyugar por algo externo, de verdad que nunca creo que me lo vaya a perdonar, siempre estuve en lo correcto y permití que se me encasillara en una equivocación.

Sin embargo, victimizarme no me va a ayudar, menos ahora que tengo tanto en el plato, ahora que tengo un poquito más libre la concentración, solo queda poner todo el empeño en lo que me importa, ya veré como ajusto las cuentas una vez que se despeje todo esto, algo que espero poder resolver pronto.

Pero, por sobre todo, ahora tengo completamente seguro que será una victoria o una derrota propia, mía, de mi entera voluntad y nacido solamente de mis manos, y eso es algo que no voy a permitir que nadie más, sea quien sea, me lo quiera quitar de las manos o implicar que viene de otro lado. Lo venidero será completamente mío, y eso es algo que NADIE podrá quitarme.

Incluso con la adversidad delante, agradezco haber recibido una respuesta, solo queda acomodar el plan otra vez, pero en términos más definitivos, y si la gracia del Creador lo permite, también será con resultados más provechosos. Ad Astra Per Aspera.

DIGALO AHI, CABALLERO CALACA

Es lo más que puedo comentar, así que mis dos lectores y medio ya se pueden dar por servidos y estar al tanto, yo me despido de ustedes y se me cuidan mucho, así nos caigamos bien o no.

Ardua labor para la siguiente era.

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