Lema del luchador.

"Lucha, reta y álzate para luchar otra vez."

jueves, 1 de mayo de 2025

"Solo hice todo lo que me pidieron."

"Esta vez, pero esta vez, será diferente."

Ha pasado un buen rato ya, o al menos es el caso si no han visto el otro espacio, cosa que no me tiene con mucho cuidado considerando que fulminé el tráfico de este lugar desde el cambio de URL, pero está bien, siempre insisto en que este lugar ha sido más una muleta personal para darme un respiro cuando lo demás me fallaba en el antaño.

Decir que han sido unos meses interesantes sería un completo eufemismo, pero la verdad es que no encuentro otra forma de poner lo que ha sido esta temporada, y aun así siento que me estoy poniendo en una especie de nudo gordiano porque ha sido “interesante” y “aburrido” en igual medida.

Cuando salí de mi tierra yo ya sabía de antemano que no iba a ser tan fácil como simplemente pasar de una casilla a otra en el tablero, en cierta medida ya me había predispuesto a las adversidades derivadas de desenraizarse para empezar de nuevo en otro lado, pero no se decir si vivir en un área más tranquila y aislada me protegió de un cambio de paradigma extremadamente lamentable que he estado notando.

Va el dicho que “cuesta trabajo encontrar trabajo”, esa ya me la sabía yo desde mis años de estudiante, y tampoco fui lo suficientemente ingenuo como para creer que el solo salir de la universidad iba a darme un boleto directo a esos empleos que los verdaderos boomers del antaño tuvieron la suerte de obtener, pero algunas de las costumbres contemporáneas ya están rayando en lo estúpido y lo absurdo.

En mi tierra todavía existe el mantra de contratar directamente al personal sin andarse con rodeos porque, se supone, vas a solicitar el trabajo que la empresa ha puesto disponible, ambas partes ya saben de qué va el asunto, así que la decisión es muy sencilla: estás contratado o no. No le demos vueltas y terminemos con el asunto, de un modo u otro, de una buena vez.

No aquí donde ando, porque me estoy comiendo cosas como “periodos de prueba”, “exámenes técnicos”, “entrega de documentos”, es decir, no es suficiente con presentarte a un área a saber si estás calificado o no, es todo un procedimiento de selección inventado por la actual iteración infernal del departamento de incompetentes conocido como “Recursos Humanos” que carece de motivo, pies o cabeza. De verdad no tengo idea de qué exactamente es lo que se está logrando con burocratizar y alargar el procedimiento, todo enteramente vestido de “tal vez”. Es o no, asi de simple, todo lo demás es una maldita pérdida de tiempo.

En las palabras del buen AM: "O D I O"

Personalmente, hacer todo eso es tener que revisitar el último semestre de mi carrera, la maldita sensación insoportable de estar pasando por tramites y papeles para concluir el proceso de estudio, estar con candados y cadenas encima tan solo para poder decir “ya tengo la libertad de ser desempleado”, era el poder sentir físicamente en mi cuerpo cada maldito minuto del dia para que ya terminara todo el proceso burocrático. Se supone que pasé por todo eso precisamente para no tener que hacerlo nunca más, pero no, es la misma mierda en bucle.

No le guardaría tanto desdén si no fuera por el modo en que me barajearon todo el asunto, porque se me dijo enfáticamente que todo esto me daría un futuro próspero y libre de carencias. Todo mundo te dice que la escuela es justamente para no tener que padecer una serie de estragos vagos, ambiguos e invisibles que la gente que te dice estas cosas siempre alude con tal de que mantengas una rígida determinación a seguir el riel. Así que eso hice, con mucho esfuerzo y mucha determinación me dediqué a ello.

No fue un esfuerzo a medias, ni tampoco me lo tomé a la ligera, yo deposité mi confianza totalmente en las personas que me dijeron, con completa certeza y total convencimiento, que de seguir sus órdenes ya no tendría que preocuparme demasiado por el futuro. No que tuviera mucha opción, también se me hizo saber constantemente el tremendo sacrificio que puesto en mis hombros para concluir exactamente lo que se me pidió hacer, y muy pocas veces el énfasis fue amable.

Pues aquí estoy, varios años de experiencia acumulada después, rogando por ver la manifestación de ese supuesto bien garantizado que tenía prometido, y todo para ver que se me sigue exigiendo ser partícipe de circos burocráticos que ni tienen la decencia de darte las gracias. Y todavía me trago la indignación de recibir invitaciones de gente que te dice que “necesitan a alguien con esas aptitudes”, gente que insiste en tenerte en la mira, y luego nada.

Ya sé que he hablado de esto antes, y sé también que no puedo hacer responsables a unos cuantos por un cambio que nadie pudo prever, pero encuentro tan estúpido e indignante cuando mencionan que tal o cual, gente con mucho menos cualificaciones que las mías, tienen tal o cual empleo bien remunerado, y yo aquí pensando si estoy haciendo algo mal.

Pero eso solo me hace enojar todavía más, porque sé que no estoy haciendo nada mal, no encuentro error o falla que inmediatamente tache mi perfil como algo invalido, entonces solo me quedo en mi lugar pateando la tierra y pensando: ¿Cuál es el maldito problema?

No le vería tanto lo indignante si me hubiesen dado alternativas, pero nunca se me preparó para lo contrario, porque todo el tiempo se me dijo con énfasis que no habría falta de ello. Si terminaba la escuela, ahí tendría mi futuro, servido en bandeja y listo para mí. Así de simple y sencillo, no hace falta nada más; excepto que hice exactamente todo lo que se demandó y pidió de mí, y no tengo absolutamente NADA para demostrar el valor de mis esfuerzos. ¿Quién me devuelve toda esa vida ahora?

Si estuviese solo y no tuviera más que preocuparme de mi, el pinchazo no se sentiría tan fuerte, pero evidentemente no es el caso: tengo una familia que quiero formar, tengo una deuda que cubrir, estoy viviendo de frutos que no me corresponden, y no tengo absolutamente nada en mis manos para dar a cambio, o demostrar que puedo hacer algo al respecto.

Se bien que la generosidad que se me demuestra lo es así sin esperar reciprocidad a cambio, pero en el fondo no me puedo sacudir la sensación de estar acumulando una especie de deuda cósmica que un día inevitablemente se me va exigir cubrir, y yo solo tengo las manos vacías. Y para colmo, algo que me he guardado muy profundamente, es que no puedo evitar ponerme extremadamente desconfiado al respecto.

"¿Te gusta mi posicion?"

¿Y cómo no estarlo? Gente que afirmó con mucha asertividad tener mis mejores intereses en mente me pidió confiarles en todo, y pues, ¿Qué me gané de eso? ¿De verdad va a ser diferente esta vez? Nunca tengo garantía de ello, así que no tengo manera de saber que eso no va a estar sobre mi cabeza, como la espada de Damocles.

Tengo dos razones superlativas por las que nunca me gusta pedir ayuda.  La primera es porque es predisponer del tiempo de la gente, y vaya que pasé una buena parte de mi vida sintiendo el ladrillazo mental de que se anden metiendo con mis planes. La segunda, y más importante, es porque esa gente que me pidió confiar en ella no tiene ningún problema cantando las deudas, a la mas mínima provocación, y por la mas mínima cosa. Sé que esto me hace ver profundamente imbécil y egoísta, pero son experiencias que espero no tengan similitud con alguien afuera, no se las deseo a nadie, ni las veo necesarias para aprender nada.

Pero no por todo lo anterior quiere decir que me he quedado con los brazos cruzados, ni que nada más esté esperando que las cosas me caigan del cielo, porque también he estado ocupado explorando mis intereses artísticos, y aunque ha sido lento, me ha sido muchísimo más grato que todo lo que he comentado anteriormente.

Pasa que, hace poco, me pidieron una comisión, alguien decidió que mis habilidades valían su dinero, así que completé mi compromiso y me fue muy grato. Decirlo con esa sencillez hasta parece completamente mundano, pero algo muy dentro de mi conectó con otra cosa que yo tenía años en el olvido.

Por primera vez, algo de mi propia mano, de mis propios esfuerzos, rindió un fruto material, tangible, algo sin rodeos y sin tanto procedimiento estúpido. Es evidencia comprobable de estar haciendo algo correctamente, y eso en mi cabeza hace toda la diferencia.

Sigo emperrado de haber dado todo por sentado.

Lo que ven aquí es un video que hice hace muchos años, lo hice acompañado de mi mejor amigo, y la verdad es un video bien estúpido lleno de bromas tontas y altanería ridícula tan propia de las trifulcas loquenderas de aquel antaño juvenil, algo que se ve tonto y mundano en la superficie, pero a mí no me lo pareció en su momento.

Cuando me pagaron esa comisión y me puse a trabajar en ella, ciertamente fue con algo de nerviosismo, pero también vino con la misma sensación que me acompañó durante aquel video: un entusiasmo de hacer las cosas de mi propia mano y de mi propia voluntad, algo que salía de mis ganas y no por mandato, todas esas estúpidas presiones aledañas que ni siquiera eran de mi elección dejaron de existir por completo en ese periodo de tiempo. Puse a trabajar la destreza y estuve contento con el resultado, fue sumamente gratificante.

Con lo anterior en mente me digno a mostrar, por primera vez en mucho tiempo, parte de la mano que tengo: la verdad es que en todo lo que he hecho por mi carrera profesional no he sentido ni una pizca de ese ímpetu. Para mí no hay medias tintas al respecto, esa comisión me comprueba por si sola que es exactamente la senda correcta, y si bien he hecho lo mío por pasar del desdén y el rencor que le tengo a la gente que me pidió confiarles todo, lo cierto es que NUNCA se me ha ido esa sensación de haber sido vil y despiadadamente timado, como si me hubieran estafado por completo.

Obviamente no tengo la ingenuidad de pensar que, de nuevo, las cosas me van a caer mágicamente del cielo solo porque me encaminé con esa intención en mente, aun debo encontrar la forma adecuada de convertirlo en algo que ponga pan en la mesa (además de sacarme de las deudas), pero por lo menos sé que continuar por ese camino me va a dar resultados que puedo ver, y no solo resultados materiales, sino también la vitalidad para continuar con ello.

"A trabajar, vamos."

La verdad es que odio que mucho de lo que he descrito respecto a mi trayectoria profesional y los procesos derivados de ello está predicado en la muerte de la sinceridad, que tengo que estar manipulando cuidadosamente tanto la imagen de lo que soy como las palabras con las que decido comunicarme, que tengo que estar maquillando mi persona y mi conducta todo el tiempo para tener mejores oportunidades de esto o aquello, y es que me cuesta mucho poner en palabras el tremendo disgusto que me causa el ser un facsímil viviente, así que menos razones tengo para estar maniobrando por esos círculos.

Y todo lo anterior sin mencionar las razones técnicas de fondo y las condiciones materiales que llevaron al despreciable estatus quo en el que nos encontramos todos ahora, cosas que comprendo pero no quiero aburrir a los demás teniendo que simplificar demasiada jerga técnica, pero suficiente con decir que mucho del proceso económico ha sido democratizado gracias al internet, y eso es algo de lo que me quiero aprovechar en los términos más absolutos posibles. No que me vuelva un vil agente de Marketing Gang, pero no puedo desaprovechar lo que tengo en frente de mí, menos cuando el sistema de pensiones está poniendo toda señal para advertir lo poco confiable que se está volviendo.

Pero sobre todo, es la sensación de tener que moverme ya, por mucha razón que tenga el decir “cuesta trabajo encontrar trabajo”, la verdad es que no solo tengo que comer, tengo obligaciones que cumplir, y estar de bufón de circo de un lado a otro para andar entreteniendo gente que ni se digna a darte un “no” como respuesta me quita muchísimo tiempo, lujo del que no dispongo en lo más mínimo.

"Un martillazo por segundo, un clavo por minuto."

Más que simplemente caerme a lamentos por rencores y desdén que tengo arraigado desde hace tiempo, lo que quiero enfatizar de una buena vez, para aunque sea tenerlo descrito en algún lado, es la ambición personal de construir algo propio derivado de mis esfuerzos creativos. No le guardo cariño a la iniciativa privada contemporánea ni tampoco a la timada que me comí por no tener las agallas de contradecirla, y si bien es cierto que el camino es largo y arduo, de menos es porque quiero, no por mandato.

Me ahorré otros pendientes, pero la verdad no quiero estar nada más aquí paseándome por la calle de la amargura más de lo necesario, así que me lo ahorro para la ocasión en que haga falta decirlas, si de verdad lo hace, pero sentí necesario al menos decir, de forma definitiva, sin rodeos y con completa certeza por primera vez en mucho tiempo, que voy a perseguir una senda elegida en lugar de una impuesta, y así al menos mi cosecha me pertenece por gusto.

Bueno, es lo que tenía que decir en esta ocasión, bien saben los dos lectores y medio que si no les gusta estar navegando en este rio de letras causticas y llenas de autocompasión, el otro blog tiene al menos autismo más neutral con el que pueden “divertirse”, si es que gustan de mis dejos pseudo-intelectuales respecto al mundo del entretenimiento electrónico. Por lo pronto me despido, esperando que lo estén pasando mucho mejor que yo.

Larga vida a la nueva era.

No hay comentarios:

Publicar un comentario