Sin más ni más, tengo que
confesar algo, algo que a lo mejor va a sonar completamente incomprensible por
no decir desastroso, incluso catastrófico. A veces me equivoco. Lo sé, parece
hasta lovecraftiano, incluso alguien tan capaz, habilidoso, vidente pero sobre
todo humilde y aterrizado como yo puede cometer errores y lapsos de juicio,
pero de igual modo se que admitirlo es el primer paso para enmendar las cosas y
por lo menos espero que esto les sirva de inspiración, esta bien equivocarse y
no hay nada de malo en contemplar nuestra falibilidad.
Ya en serio, hay algo que he
comentado en algunos círculos y algo que quiero poner en práctica pero nunca
realmente puedo hacerlo, tanto por vicios propios como por causas fortuitas:
quiero mitigar mi actitud quejumbrosa. Para los que me conocen bien, ese
comentario sí que les debió parecer absolutamente incomprensible.
Desde hace algunos años he
querido atacar, aunque sea un poco ese aspecto de mi persona, uno que ha
permeado la totalidad de mi conducta y mi obra a través de los años, quienes
sabían de este lugar antes del gran cambio saben que la inmensa mayoría de las
veces, por no decir el 99% del texto, estaba (y sigue estando) lleno de un mar
de quejas constantes. En aquellos lejanos días de la vieja era, eran quejas
constantes primero de mis vaivenes y luego de cosas mas fundamentales, y en
estos días de la nueva era seguimos en otra marea de quejas, si no de mas
vaivenes, muy definitivamente de la repugnante, vil y deleznable primer era
(MUERTE ETERNA A LA PRIMER ERA CHINGADO).
Como bien pueden apreciar, he
hecho un pésimo trabajo queriendo llevar a cabo la propuesta. En cualquier otro
día habría pensado “pues que mas da, otra raya mas al tigre” pero esta vez
quise hacerlo diferente, quise reflexionarlo con mas detenimiento. No me parece
muy sensato tener la idea y simplemente dejarla morir en negligencia, tal vez
sin la chispa lo habría hecho de esa manera, pero ahora en la nueva era quiero
ser un poco mas concreto con estas cosas, por lo menos dilucidar una
explicación detrás de algunos de estos vicios marginalmente dañinos.
Durante los años de la vieja era
una persona me dijo en una ocasión “es que si tienes razón de sentirte mal” y
seguramente ese fue el caso, pero muy en lo profundo (y en lo inconsciente)
algo hizo “click” y simplemente asumí que las quejas son simplemente la
manifestación de cosas que no tuve manera de expresar, molestias que no pude
airar de manera adecuada, de palabras que no podía poner en otro lado por nunca
tener con quien comentarlos, se volvió una faceta de mi persona con la cual
desahogar la presión en mi cabeza, total si a la gente le sonaban como quejas,
era simplemente un modo para mi de externar malestares no por conseguir lastima
o comprensión de otros, sino por mi propio bien, por mi propio alivio.
Ahí se quedó eso, en el
subconsciente, y desde ahí estuve llevando a cabo la interminable cruzada de
quejas y quejas de absolutamente todo lo que me rodeaba. Si bien es cierto que
tuve mis motivos y mis razones para sentirme mal en cuanto a lo mas
fundamental, no cabe duda que esto se expandió como plaga hasta para lo mas
pequeño y mundano de la vida diaria. Sobraban las entradas hablando hasta de lo
más minúsculo que ocurría en mi día a día universitario (o las
“justas”/”temporadas” como las llamaba), todo ello con aires de denuncia y
recriminación, nada alejado de la vibra “todo está mal en este mundo” o el
doomerismo contemporáneo que los zoomers tanto discuten.
Claro, aun se puede justificar en
parte diciendo que se trataba de un joven adulto recién dejando atrás la adolescencia
aun llena de esa frustración infantil, ignorante y desinformada, pero
progresivamente las quejas aumentaban en lugar de disminuir. Incluso con el
incremento paulatino de mis facultades expresivas nunca he podido dejar de
quejarme realmente, sigo encontrando razones para estar denunciando lo que está
mal a mi alrededor. Podría justificarme diciendo que al menos no soy como esos
mamertos babosos terminalmente en línea que no hacen mas que leer encabezados y
llorar de forma interminable hasta por [evento social contemporáneo para minar
puntitos sociales] pero esa es una forma muy convenenciera y cobarde de abordar
un problema.
Quiero abordar un par de
malentendidos que pueden surgir de lo que estoy diciendo: no estoy queriendo
decir que quejarse esté mal en si mismo, ni mucho menos sugerir que todo en
esta vida tiene que ser visto con el enfermizo optimismo feliz de pura buena
vibra “dae le solo piensa positivo xdddddd” toda estúpida que no resuelve nada
de nada, por supuesto que vociferar los problemas está en nuestro derecho y
debe hacerse para llevar a cabo una conversación que verse alrededor de las
soluciones, eso no se hace besando culo optimista y lamiendo huevos de
pensamiento positivo como pendejo.
(En cuanto a mis críticos que
seguramente piensan que estoy teniendo una epifanía, no se preocupen, de la
plaga, de sus bastardos, de sus costumbres, de sus cuotas pendejas, de su
mentalidad de colmena mamerta simplista y aborregada SIEMPRE DE LOS SIEMPRES me
voy a estar quejando y cagando encima, de eso no se me preocupen ni tantito.
Muerte eterna a la primer era btw, ya tomate tus medicinas btw, EL ZOMBIE me sigue
regalando renta btw.)
A lo mejor ya vieron donde está
el problema conmigo. Mientras he hecho mucho por quejarme, he mostrando
completa negligencia respecto a tener una conversación productiva al respecto y
ciertamente hay que admitir que así como hay un derecho fundamental a la libre
expresión respecto a quejarse, de absolutamente nada sirve si no cumplimos con
la responsabilidad de por lo menos intentar hacer de ello algo productivo. No
me refiero a entregarnos tontamente al idealismo de encontrar la solución ahí
donde estamos, pero simplemente sentar las bases de una conversación con
legitimo interés constructivo ya hace toda la diferencia.
Es verdad, la catarsis se siente
bien, hay algo muy satisfactorio en ese desaire intelectual de simplemente desahogar
lo que sentimos y destrozar de forma instintiva lo que creemos nos hace daño,
pero eso es una solución muy miope e improductiva, no por nada la catarsis como
terapia suele ser absolutamente desaconsejada en los círculos de la psicología.
No es suficiente con apuntar con el dedo, lo que sigue debe ser un ejercicio de
templanza.
Muy seguramente ya les dio por
desorbitarse los ojos de tanto estarlos rodando, me veo muy tonto estúpido ya
sea por estar hablando de lo que tan evidente es o bien sonando estúpidamente
idealista con eso de energías positivas y encontrar las soluciones nada más
porque así me da por decirlo en un ciclo recursivo e hipócrita de estar
quejándome por quejarme de ser un quejumbroso, pero ese no es el caso. Esto que
afirmo no me es un descubrimiento ni mucho menos, de hecho son conclusiones a
las que he llegado en más de una ocasión. Ahora la pregunta es ¿Por qué diablos
estar mencionándolo así tan abierto ahora si tan obvio me es?
Bien, ese es el ejercicio de
pensar mas concretamente las cosas del que estaba hablando al principio, si
bien es cierto que he dado rienda suelta a esa plaga intelectual de solo
estarme quejando debo analizar de forma más concreta qué parte de ello es mi
culpa y cual es parte de una reacción. Se lee raro así, pero a lo que voy es
que he estado especulando que esa constante marea de quejas no es nada más una
validación nacida de la vieja era, sino un estrago, un trauma traído y causado
a mí por la maldita primer era.
He hablado en más de una ocasión
lo malsano y mierdero que fueron esos años, pero nunca realmente lo he puesto
en términos mas directos (ni deseo hacerlo, no porque sea insano hablar del
tema, sino porque esa porquería y sus artífices no son dignos de su mención) ni
me he dedicado a ser más analítico a la hora de cubrir su naturaleza. Me
pregunto entonces si la ausencia de interacciones genuinas y significativas en
la primer era me privaron de la capacidad de disipar las cosas en
conversaciones sinceras, si ello fue lo que ultimadamente causó en mi esta
“necesidad” de irme en quejas y tangentes, si todo el caudal de compuestos
cáusticos y ácidos son una reacción secundaria de haber padecido los estragos
de esa lejana y malsana mierda que voy a destruir con el más absoluto
prejuicio.
Pero más importante aún: me
pregunto cuánto daño le ha hecho eso a mi obra, a mi capacidad de ser
productivo, a la chispa que he recuperado. Se por ahí que existe la creencia (y
a lo mejor seguramente confirmada por la ciencia también) que los problemas
arraigados causan estragos también en lo productivo, no hablo nada mas de los
traumas evidentes, sino a las cosas que quedan enterradas, enraizadas en lo
profundo del subconsciente, esas cosas que parecen fortuitas e inmutables,
cosas que uno comete el error de creer que son simplemente facetas de la
personalidad. No se decir con exactitud si quejarme ha sido una expresión
indirecta del trauma.
No que tenga la solución ahora
mismo, pero por lo pronto verlo así me da un poco mas de claridad, a lo mejor
esta es la pista o el punto de partida que había comentado en la última entrada
y desde ahí pueda empezar a desenredar esto para encontrar una respuesta. Si
bien esto no será lo que destruya a la primer era, no quiero que sea
exactamente eso, quiero que me dé la capacidad de resolver esa propuesta
inicial, la de por lo menos dejar de ser tan quejumbroso como antes.
Quiero empezar a ver los temas de
otro modo, si bien puedo darme la libertad de quejarme, quiero también comenzar
a ser mas consciente de eso para concluir con conversaciones o temas que
orienten la queja hacia un lado mas constructivo y productivo, por lo menos
dejar una propuesta o sentar las bases para una actitud propositiva que sirva
para dar con una solución o por lo menos una luz que apunte hacia esa
dirección. No digo esto porque de la noche a la mañana vaya a cambiar mi
actitud, pero así por ahora tengo una iniciativa para mejorar en lugar de
entregarme ciegamente a otro dejo de la catarsis.
Ese será uno de mis empujes de
ahora en adelante: terminar mis quejas con menos acido y con un enfoque hacia
un esfuerzo mas positivo, está muy bien quejarse, pero no quiero dejarme llevar
por una postura convenenciera, menos aun cuando quiero deshacerme del legado de
la maldita primer era. Tal vez tenga ya por donde comenzar a ejercitar esto,
bien dije que quería hablar de Elden Ring pero por ahora aun sigo con eso
pendiente, aun me falta terminarlo bien para tener una opinión mas concreta y
ciertamente hay otras cosas de las que hablar tanto por lo bueno como por lo
malo, así que estense pendientes a ese punto a ver si de verdad puedo comenzar
a ser algo mas que simplemente el robot ese que solo escupe ácido y más nada.
Obviamente no quiero quedar como
hipócrita, asi que voy a templar esa expectativa diciendo que estoy muy lejos
de poder hablar aunque sea marginalmente neutral con respecto a la primer era,
por eso digo que esto va a ser un ejercicio largo y además, si por esa mierda
estoy en este caudal acido interminable, entonces mucha menos razón hay para
serle neutral a esa porquería. El camino sigue siendo largo y arduo, cuanto
antes empiece por corregir el curso de ese legado asqueroso, mucho mejor.
Bueno, al menos no es más
pendejada de autocompasión y letanías de lastima de mi parte, supongo que por
algún lugar se empieza con ese progreso. Espero no haberlos aburrido mas que
otras veces o por lo menos no haberles resultado tan caustico y acido como en
otras ocasiones, mientras tanto cuídense mucho mis dos lectores y medio!
Larga vida a la nueva era.
Sí, estemmm... pero ya HICISTE LAS PASES???
ResponderEliminarCreí que habíamos quedado en algo, te hablé del porque debes hacer las pases, pero parece que se te olvidó >:(
Hasta que hagas las pases vas a poder estar más tranquilo y seguramente tus quejas se van a reducir. Pero no'más no quieres pueeeeeeeeeeeeeeeeeees
Yo sé que hacer las pases parece un concepto extraño y bizarro que causa repulsión e incluso rechazo, como la medicina con ese sabor feo y efectos secundarios desagradables y que por lo mismo evitas, pero igual que el medicamento en la vida real, nos sana.
DEBES HACER LAS PASES, VAS A HACER LAS PASES O ... no sé, haré algo. No voy a quitar el dedo del renglón hasta que lo hagas. Sí o sí, veremos quien es el más necio grrrrrrr!!
XD
Ok, enfocándome más en el asunto, pues sinceramente tus quejas me parecen muy interesantes de escuchar. Siempre hay puntos de vista y aspectos de las cosas de las que te quejas que no había considerado, ni percibido. Así que ponte estrellitas, ya que gracias a tus quejas yo me animé a quejarme para expresarme (y ambos sabemos que era buenísima para embotellar cosas en mi interior) y eso me parece un aspecto positivo.
Coincido en que quejarse es fácil y cualquiera puede hacerlo, y tienes razón, hacer algo al respecto es el verdadero reto.
No te preocupes, seré tu réferi personal cada que comiences a quejarte en abundancia.
Tampoco te preocupes mucho, todos tenemos nuestras manías para lidiar con cosas, ya que la vida es de lo más curiosa e inevitablemente terminamos por experimentar cosas malas, ello nos lleva a procesar eso de forma distinta con efectos secundarios causados por la misma experiencia. Así que tú tranqui, es normal y muy común.
Lo bueno es que te das cuenta, ahora debes practicar lo que dices.
Y HACER LAS PASES, DIOS MÍO SI NO LAS HACES TE JURO QUE VOY A [conexión interrumpida]